Celso García de la Riega

Biografía, Obras, Pinturas, Teorías y Artículos

Archivar para el mes “May, 2015”

Cristóbal Colón: La Incógnita De Su Origen Patrio

Cristóbal Colón era muy dado al secretísimo no solo por su parte sino que logró inculcarlo en sus hermanos y en sus hijos, esto de por si, ha provocado todo tipo de especulaciones de las cuales surgieron rocambolescas teorías sobre el conocimiento del personaje, especialmente sobre su origen. Su secretismo sin embargo no pudo con su vanidad y su egolatría, hay que indagar e investigar en lo más intimo de sus escritos para poder identificar al personaje, es en estos escritos donde ha dejado vislumbrar sus señas de identidad tanto de su personalidad como de su origen, sin embargo, los historiadores universitarios y académicos se han envestido de unos prejuicios de los cuales no son capaces de desprenderse ni tampoco son capaces de realizar una investigación objetiva o por lo menos realizar una investigación partiendo de cero, es decir, tener presente al personaje y nada más, esta es quizás es la mejor investigación que podrían hacer sobre Cristóbal Colón pero para ello tendrían que descartar todo lo escrito anteriormente por otros insignes historiadores e investigadores que han podido ir cayendo en los mismos errores y petrificándolos, esto que digo puede sonar muy pretencioso o arrogante al fin y al cabo quien soy yo para indicar siquiera por donde han de investigar la personas que saben muchísimo más que yo sobre historia y sus métodos de  investigación.

Es en estos casos cuando te encuentras, como aficionado, desprendido de todo prejuicio, de todo conocimiento, a priori, y de todo procedimiento académico cuando realizas una investigación que solo tiene en cuenta las aportaciones objetivas que causan intriga o curiosidad y que provoquen las motivaciones suficientes para hacerte preguntas sobre el personaje, entonces, será cuando estas preguntas las resuelves de la mejor forma posible a partir de tus conocimientos y de tu razonamiento.

Esto es lo que han realizado a lo largo de un siglo los investigadores aficionados sobre un posible origen de Colón diferente del oficial, genovés, que nunca se ha visto confirmado y que se ha petrificado de tal forma que no hay quien limpie todo el sedimento que hay encima para poder dejar ver el fósil real. Tanto sus orígenes nacionales como el manantial de las informaciones que motivaron su ingenioso e innovador proyecto de navegación siguen hoy rodeados de misterio que, durante cinco siglos y algunos años más, ha favorecido las más diversas teorías y algunas de ellas imposibles pero la cuestión es seguir petrificando el error/es.

Dice Luis Arranz en un artículo sobre Cristóbal Colón:

Algunos de los coetáneos de don Cristóbal Colón nos lo retrataron en su momento con tres rasgos fundamentales: misterioso, soberbio y convencido de ser instrumento divino. Tres rasgos que son un estímulo para el curioso y un reto para el investigador”.

Por lo dicho en este caso yo me considero un curioso por el personaje es en las dos características: la de misterioso y soberbio en las que hay que fijarse para indagar en el personaje, la soberbia es precisamente la que le hace delatarse sobre su misterioso origen.

Cristóbal Colón cuando llega a Castilla se denomina extranjero, pero no dice de donde es y oculta su lugar de nacimiento algo inusual para la época, es su hijo Fernando, su biógrafo, quien más confusión ha creado sobre el origen de su padre no dando una respuesta clara sobre su nacimiento y origen incluso alguna vez haciendo afirmaciones equivocadas, que fueron un buen asidero para todos los que quieren disputar la cuna y la patria de Colón. También colaboraron en el enredo del origen los hermanos de Cristóbal Colón, diciéndose extranjeros pero sin decir de donde y sin precisar, la forma habitual en la época era soy extranjero de Génova o de Florencia o de Venecia…etc, como por otra parte hacían los residentes italianos en Castilla. Incluso en las documentaciones oficiales, Capitulaciones de Santa Fe, no se menciona el origen o si es extranjero o no, algo extraño si tenemos en cuenta que se le ofrecían altos cargos por parte de la Corona que en principio no estaban al alcance de  extranjeros.

Pero si analizamos ciertas frases escritas por Colón o por Isabel la Católica, en su testamento, Isabel, nos podremos dar cuenta de que hay muchas más posibilidades de que fuera del reino de Castilla que extranjero, por ejemplo:

Frase de Isabel la Católica:

Islas y tierra firme del Mar océano e Islas Canarias fueron descubiertas y conquistadas a costa de los reinos de Castilla y León y con los naturales dellas”, o cuando lo tratan de “súbdito y natural

Se podría poner algún pero a esta frase, yo creo que no, o esta otra de Colón:

Llama al idioma de Castilla “nuestro romance”. Cuando se refiere a genoveses los señala como “de su patria” no dice o expresa ”mi patria”, o “de nuestra patria”. Cuando se refiere a Isabel y a Fernando les llama “mis señores y Reyes naturales”. O lo que escribió López de Gomara en su obra “Historia General de las Indias” publicada en 1552 cuando se refiere al escudo de armas concedido al inmortal navegante, Con la leyenda por “Por Castilla y por León un nuevo mundo halló Colón”. Y su comentario al respecto dice: “de donde sospecho que la reina favoreció más que no el rey al descubrimiento de las Indias contigo, y también porque no consentía pasar a ellas más que a castellanos”.

Todas estas frases son significativas de un origen castellano de Colón, o al menos yo lo pienso así, pero para los historiadores no significan nada, o al menos no lo dicen, no les suscita la más mínima curiosidad.

Cuando Celso García de la Riega dio a conocer su teoría, sobre un posible origen español de Colón, en la conferencia de 1898 en la Real Sociedad Geográfica mucha gente se asombró por lo novedoso y por los fundamentos serios y profundos que tenía, otros la consideraron atrevida o descabellada, pero sin embargo fue dada a conocer en un estamento oficial, estatal y Académico, nada menos, la conferencia fue promovida por Beltrán y Rózpide: Secretario de dicha Sociedad, Doctor en Filosofía y Letras, Catedrático y socio de número de la Real Academia de la Historia. Es decir que en aquella época se respetaba a los historiadores aficionados que se dedicaban a estudiar temas concretos.

Para desgracia de Celso García de la Riega y su teoría hubo personajes interesados en derribarla, en difamarla y de tacharla de falsa. Hubieron para ello de  esperar a su muerte para ejecutar su plan bien definido y manipulado, aun así la teoría resistió por la gran cantidad de seguidores que tenía y que fueron aportando nuevos datos sobre la base de los fundamentos expuestos por Celso García de la Riega, pero la duda que sobrevolaba de una posible falsificación documental hizo que con los años los historiadores oficiales no se fijaran en ella nada más que la mencionaban como anécdota y como un ejemplo a no seguir por posibles falsificaciones, esto provocó que no se avanzara en la profundización de la teoría gallega y además provocó que otros pusieran encima de la mesa otras posibles orígenes que no tienen ni tendrán los fundamentos que tiene la gallega.

Los historiadores de las Universidades y la Academia de la Historia han obviado unos fundamentos para los cuales no hay explicación hoy en día y que si se relacionan con la teoría gallega:

Uno es la toponimia algo en lo que no han profundizado ni recapacitado lo suficiente y que tiene que tener alguna explicación, no es posible alegar como casualidad la cantidad de topónimos gallegos puestos por Colón en el descubrimiento especialmente cuando hay bastantes que son exclusivos de la Ría de Pontevedra y de otras rías no es posible pensar en una casualidad el que Colón haya puesto nombres como: isla Gallega, Azúa de Compostela, punta Lanzada, río Serpe, ría Bao, punta Moa, Cambao, Punta Galea, punta Muros, punta Tolete, río Miño, río Xallas, Mar de Santo Tomé…… y aparte todas las comunes a otras zonas, como los nombres de Santos/as, pero que coinciden todos o en su mayoría en Pontevedra, esto los historiadores no lo han estudiado con profundidad y parece que no le dan mucha importancia alegando que los topónimos los hay en varias zonas de Europa y tu dices vale, pero los que son exclusivos gallegos y los 150 o más que coinciden con Pontevedra y la Ría de Pontevedra que ya estaban datados en el siglo XV ¿cómo se explican?.

La Nao capitana se llamaba la Gallega que para el viaje fue rebautizado con el nombre de Santa María, curiosamente la Basílica Santa María fue construida en Pontevedra con los aportes económicos del gremio de Mareantes de Pontevedra, por otra parte en todos los viajes Colón llevó una nave con el nombre de Gallega, acaso esto no es curioso tanto como para suscitar preguntas a los historiadores, alguien puede pensar en casualidad cuando precisamente Galicia y los Reyes Católicos no estaban en buena sintonía, lo que hizo Colón es dar sus señas de identidad de una forma disimulada o quizás provocadora ante Isabel y Fernando

El segundo es lengua escrita de Colón, artículo anterior a este, como desde 1917 se ha dado, oficialmente, por falsa la teoría de Celso García de la Riega no han deparado en las palabras exclusivas empleadas por Colón, las achacan a portuguesismos cuando en realidad son galaico-portuguesas y muchas exclusivas gallegas, sin embargo, esto tampoco les llama la atención menos mal que tenemos a un especialista, Martinho Santaelha, Catedrático de lengua y Literatura Gallega en la Universidad de Vigo que además conoce muy bien las palabras diferenciadas entre el gallego y el portugués que nos da algo de vidilla frente al oficialismo.

Por último tenemos le apellido ”De Colón” que se encuentra en los documentos pontevedreses de Celso García de la Riega que en su día fueron tachados de manipulados y falsos, pero que desde el año 2013 el IPCE ha demostrado con su estudio que son originales y no falsificados, que lo único es que han sido recalcados y que lo que pone encima es lo mismo que lo que pone debajo, pues bien, a nadie llama la atención lo suficiente para relacionar el apellido “De Colón” pontevedrés con el mismo apellido “De Colón” que aparece en las Capitulaciones de Santa Fe, aparece en el preámbulo del documento y dice así:

las cosas suplicadas e que Vuestras Altezas dan e otorgan a don Cristóbal de Colón en alguna satisfacción […]”.

En el Mayorazgo de 1498 en el cual aparece también el apellido:

[..] haya dicho Mayorazgo y le suceda y herede el pariente más llegado á la persona que heredado lo tenía, en cuyo poder prescribió, siendo hombre legítimo que se llame y se haya siempre llamado de su padre antecesores, llamados de los de Colón [….].

Y en otro lugar dice: “[…] El cual Mayorazgo en ninguna manera lo herede mujer ninguna, salvo si aquí ni en otro cabo del mundo no se fallase hombre de mi linage verdadero que se hobiese llamado y llamase él y sus antecesores de Colón […]”.

Bueno pues que aparezca el apellido “De Colón” en dos documentos fundamentales e importantes no parece llamar la atención de los historiadores, quizás es que no son nada curiosos!.

A todo esto hay dos documentos de Celso García de la Riega sobre los cuales no se ha ocupado nadie o casi nadie y que también pueden añadir más luz sobre el apellido Colón son estos:

Documento, año 1435:

Minutario notarial de 1435. Escritura de 25 de diciembre, en la que Alfón Ean Jacob, afora la mitad de una viña a Ruy Fernández y a su mujer Elvira Columba.

Documento, año 1434:

Minutario notarial, de 1434. Escritura de venta de enero, en que Gonzalo Fariña, hijo de Nuño Mouriño y de Catalina Columba, difunta, hace donación de una casa sita en la rua de D. Gonzalo de dicha villa. La rua D. Gonzalo es la misma donde vivía María de Colón en 1440, ¿Podrían tener alguna relación? es el apellido Columba en el que se basó Colón para identificarse como Colombo.

Pienso que hay motivos más que suficientes para indagar y profundizar en la teoría de Celso García de la Riega por parte de los historiadores universitarios y académicos, por lo menos para descartarla o para afianzarla, pero hay que investigarla, el negar tal evidencia por parte de la Historia oficial no hace más que crear confusión y dificultar el encontrar el verdadero origen y conocer más su personalidad.

Cristóbal Colón: Viaje a Ultra Thile – Islandia- Y Sus Implicaciones

Viaje a Ultra Thile – Islandia- 

Colón en uno de sus escritos nos dice:

“Yo navegué el año de mil cuatrocientos y setenta y siete, en el mes de Febrero, Ultra Thile isla cien leguas, cuya parte austral dista del equinoccial setenta y tres grados, y no sesenta y tres, como algunos dicen, y no está dentro de la línea que incluye el occidente, como dice Ptolomeo, sino mucho más occidental, y a esta isla, que es tan grande como Inglaterra, van los ingleses con mercadería, especialmente los de Bristol, y al tiempo que yo a ella fui, no estaba congelado el mar, aunque había grandísimas mareas, tanto que en algunas partes dos veces al día subían veinte y cinco brazas, y descendía otras tantas en altura”. 

Es decir, por la descripción que hace no tendríamos que dudar de su palabra, si suponemos que salió de Lisboa para Islandia…, pero mejor fiarnos de un experto, Francisco Freijanes me prestó su colaboración, la cual agradezco, para trazar la ruta que podría haber seguido Cristóbal Colón:

En cuanto a la posible ruta hacia Islandia hay todo tipo de teorías, las más lógicas exponen que las islas británicas eran la referencia para viajar hacia el N.

Dicho esto vamos con lo práctico. En la edad media la navegación se basaba casi fundamentalmente en las corrientes marinas y el viento como fuerzas motrices de las embarcaciones. Sin embargo también dependían de las condiciones climáticas.

Veamos: las corrientes marinas dominantes en el Atlántico es fundamentalmente la del golfo. La corriente del golfo sube desde el Caribe paralela a la costa de Norteamérica y Groenlandia hasta Islandia, penetrando en los mares del polo Norte, con las divisiones en que ésta se ramifica ya por encima de las Azores, una rama va hacia el sur por la costa portuguesa, otra hacia el este a la costa Irlandesa y Escandinavia. Esta corriente es continua todo el año sin apenas variación. La rama portuguesa se mantiene constante hasta Canarias donde enlaza con la corriente africana y dirigirse al noroeste hasta el Caribe cerrando el ciclo de este magno movimiento de agua.

Los vientos en el Atlántico Norte son de carácter frío, en invierno proceden del Norte y Noroeste, estos son dominantes casi todo el año, rara vez proceden del este o del sur y solo en las estaciones estivales.

Posible viaje de Colón a Islandia: Voy a plantear dos posibles hipótesis, ninguna es en línea recta, en Invierno es materialmente imposible los vientos y las corrientes serían un problema, una carabela alcanzaría las tres millas por hora (5.556 metros) con bastante dificultad debido a los vientos contrarios.

Las rutas más probables serían una por las Azores y otra por las Islas Británicas.

Por Azores la distancia a recorrer sería de 4396 Km. ( 2374 Millas náuticas.) Hacia Azores los vientos y las corrientes no serían un problema, la ruta estaba establecida desde mucho antes, tanto en invierno como en verano los portugueses tenían perfectamente estudiada la ruta.

Desde Azores irían hacia el norte para buscar la corriente del golfo y los vientos del noroeste que soplan por el costado de babor (por la izquierda en el sentido de la marcha) en esta ruta tardaría unos treinta y cinco días con mar y climatología favorables.

Por las Islas Británicas: La distancia a recorrer es de 3136 Km. Aproximadamente (1693 M.N.) Siendo la distancia casi 1300 Km menos sin embargo se incrementan las dificultades, estamos hablando de invierno, Viento del norte franco, temporales y mar muy gruesa, poco menos que innavegable para las embarcaciones de aquella época. La navegación duraría unos veinticinco días en condiciones, insisto favorables. Si bien hasta Irlanda la navegación no sería un problema, sigo opinando que en Invierno era muy difícil navegar por estos mares, sin embargo desde allí hasta Islandia los vientos los tendrían en contra y las corrientes del golfo los desplazarían hacia el norte-noreste, hacia el Ártico.

Después de lo explicado tenemos:
1º No sabemos cuanto tiempo estuvo en Inglaterra e Irlanda, ya sea a la ida o a la vuelta o en los dos casos que sería lo más probable, para cargar víveres

2º Sabemos que estuvo durante el mes de Febrero en Islandia

Teniendo en cuenta todos estos factores y sin ser estrictos, podemos calcular que el viaje de ida y vuelta con los días que estuvo en puerto le pudo haber durado 3 a 4 meses, y creo que me quedo corto, es decir de Diciembre a Marzo.

Implicaciones de este viaje:

Primera Implicación: Expuesto el asunto vamos a centrarnos en la edad de Colón ya que esta navegación supone ya a un Cristóbal Colón experto en la navegación ya que semejante ruta y en la época del año realizada supondría un navegante experto y que sabe lo que se hacia.

En el anterior post en la parte de comentarios surgió por parte de un participante que Colón tenía 28 años cuando vino a servir a los Reyes Católicos, así lo hace constar en la carta denominada Lettera rarísima escrita en Julio de 1503 desde Jamaica, con un Colón enfermo y atrapado en Paria sin poder salir por la situación de sus barcos y esperando el auxilio de Ovando desde la Española y que se retrasó 6 meses.

Voy a poner las frases escritas por Colón en diversas pocas que nos puedan arrojar un poco de luz sobre su edad:

Jamaica, 7 de julio de 1503:

“…Siete años, dice, pasé aquí en su Real Corte disputando el caso con tantas personas de tanta autoridad y sabios en todas artes…” “… poco me an aprovechado veinte años de servicio, que io he servido con tantos trabaxos, i peligros…” “…yo vine a servir de veite i ocho años, i agora no tenga cavello, en mi persona, que no sea cano, i cuerpo enfermo…” 

Lunes 14 de enero de 1493, se lee:

«y ihan seido causa que la Corona Real de vuestras Altezas no tenga cien cuentos de renta más de la que tiene después que yo vine a les servir, que son siete años agora a veinte días de enero este mismo mes«

Con estas dos cartas podemos tener algunas cosas claras: primero que la fecha de cuando vino a servir sería 20 Enero 1486 ¿Por qué? en la segunda carta dice: son siete años agora a veinte días de enero este mismo mes. Serían: 1486-1487, 1487-1488, 88-89,89-90,90-91,91-92,92-93. Es decir, llegó a Castilla a servir en 1486 con 28 años luego nació en 1458, esta fecha es bastante dudosa y muchos historiadores la dan como una equivocación ya sea del propio Colón o de los escribanos que copiaron las cartas.

Si tenemos en cuenta el viaje realizado por Colón a Islandia significaría que en Enero de 1477 tendría 18-19 años, dependiendo del mes de su nacimiento, se me antoja una edad muy joven para tener los conocimientos suficientes para poder dirigir esta expedición.

Por tanto si nos atenemos a sus escritos podremos más o menos definir su fecha de su posible nacimiento que creo que en ningún caso sería en 1458.

En la carta que hacia fines de 1500 escribió al ama (que había sido) del Príncipe D. Juan, llamada doña Juana de la Torre, decía Colón:

“Siete años se pasaron en la plática y nueve ejecutando cosas muy señaladas y dignas de memoria…»

Es decir, diez y seis años antes de fin de 1500, o sea desde 1484. A fin de este año, o meses antes (puesto que las pláticas no pudieron empezar en el día en que Colón puso el pie en España) llegó a territorio español. Lo confirma la »hoja suelta en papel de mano del Almirante escrita al parecer (fines de 1500) cuando le trajeron preso», y que empieza así:

«Señores: Ya son diez y siete años que yo vine a servir estos Príncipes con la impresa de las Indias: los ocho fui traído en disputas, y en fin se dio mi aviso por cosa de burla«

Según este documento, son diez y siete los años anteriores a fin de 1500; podemos entender que pudo llegar en 1483, y como hubo ocho años de disputa, y las Capitulaciones de Granada son de abril de 1492, la disputa o las pláticas pudieron empezar a principios de 1484.”

En 21 de diciembre de 1492 escribía Colón:

»Yo he andado veinte y tres años en la mar, sin salir della tiempo que se haya de contar, y vi todo el Levante y Poniente, que dice por ir al camino de Septentrión, que es Inglaterra, y he andado la Guinea..

Si consideramos que los 23 años incluyen a la estancia en Portugal y no desde su llegada a España tendremos que desde 1484 en que llegó a Castilla le restamos 23 años y nos da 1461 que sería el año en que comenzó a navegar.

Es la carta antes citada que se conserva con el Libro de las Profecías en la Biblioteca Colombina,1501. En el principio de la carta decía Colón:

«Muy altos Reyes: De muy pequeña edad entré en la mar navegando, e lo he continuado fasta lioy. La mesma arte inclina a quien le prosigue a desear de saber los secretos deste mundo. Ya pasan de cuarenta años que yo voy en este uso. Todo lo que fasta hoy se navega, todo lo he andado.”

Bien si restamos los 40 años que va en este uso tenemos que como la carta es de 1501 nos volvería a dar 1461 como año en el que comenzó a navegar lo cual coincide con la anterior carta, por tanto que podemos concluir:

Que en ningún caso Cristóbal Colón pudo nacer en 1458, es decir, que no tenía 28 años cuando vino a servir a los Reyes Católicos, Enero 1486.

Que teniendo en cuenta que comenzó a navegar en 1461, puede ser un año antes o después, su naciendo debió de ser entre 1447-1451 que sería la edad de entrada en la mar a navegar, si nació en 1447 entrará con 14 años edad adecuada para entrar a navegar y aprender el oficio y si por el contrario nació en 1451 entraría en la mar con 10 años que creo que es muy joven. por tanto ateniéndonos a lo escrito por Cristóbal Colón debió haber nacido entre 1447-1451 y entrar a navegar entre los 10-14 años

Segunda Implicación: ¿Qué hacía Pedro Madruga en esas fechas?

En otoño de 1476, guerra de sucesión Castilla duro desde 1474-1479, el arzobispado Fonseca, el conde de Monterrey, junto con los nobles gallegos, que de mejor o peor gana, se incorporarán al bando isabelino, mandados por Fray Arias del Río, corregidor mayor de Galicia, se dirigen a Pontevedra, dispuestos a reducir al de Camiña; los secunda por mar una escuadra mandada por Ladrón de Guevara. Madruga resiste dos prolongados cercos a la ciudad, que terminan en fracaso por los asaltantes, quienes se deciden por una tregua en la primavera de 1477”, por tanto desde pongamos Noviembre de 1476 hasta Marzo-Abril de 1477 estuvo defendiendo Pontevedra, lógicamente no podía estar a la vez en Islandia.

Documento Hallado: Juan De Colón

Juan de Colón es el personaje más documentado de la familia «De Colón» de Pontevedra este nuevo documento, o al menos yo no lo conocía, es de 1509 con lo cual nos acerca a un personaje que nació en el siglo XV, pero seguimos sin saber en que año. En el supuesto de que  este documento haya sido publicado o mencionado anteriormente, sin constarme o no haberme enterado, me obliga a pedir disculpas anticipadas por el título del post en cuyo caso lo rectificaría.

Es un apena que se rastree más en los diferentes archivos en busca de la familia «De Colón» de Pontevedra sería de gran ayuda y daría más entidad y profundidad a la teoría gallega de Celso García de la Riega, a pesar de que los historiadores y Académicos gallegos sigan sin darle importancia a la teoría de Celso García de la Riega.

Lo curioso de  este documento es como esta escrito el de Colón, en este caso el escribano lo puso como Do Colón.

Ano: 1501

Título abreviado: SMCP

Título: Santa María do Camiño (Pontevedra)

Referencia: Comesaña Martínez, María Ángela (1995): O tombo do Hospital e Ermida de santa María do Camiño de Pontevedra. Pontevedra: Museo de Pontevedra.

Capítulo: 39

Páxina: 133

Autoría: Sancho Gago notario publico jurado del numero de la villa de Pontevedra e su jusgado e jurisdiçion e anesos dela por la Santa Yglesia de Santiago

Tipo/finalidade/xénero: Foro

Orixe: Orixinal

Localización: Pontevedra-[P]

Ano do nasçimiento de noso Sennor Ihesu Cristo de mill e quinientos e nove anos trece dias do mes de junyo estando ena malataria de Santa Maria do Camino da villa de Pontevedra en presencia de min o dito notario e testigos Lorenço do Carramal e Grigorio Mouran e Juan de Boneysto (?) Gonçal Castano laçarados e Anton de San Domingo e Clara Fonso e marquesa Ygnes Vermella e Gonçal Tacon lazarados e lazaradas de dita hermita de Santa Maria do Camino que presentes eran por si e por seus çesores e con consentimiento de Vasco Yanes seu prior que presente estava dizeran que ratificavan e avian por voo e valideyro un contrabto de foro que por eles que por eles e por seus antepasados fora feyto a Alvaro Nunes plateyro que presente estaba e a sua moller Maria Rodrigues la orta questa do hespytal de dyta hermita que parte e vay de longo con o camino que bay para para o rio dos Gafos e entesta eno muro da vyna de Juan Lopez plateyro segund que pasou se conten en este contrabto de foro que pasou ante Pero Vasdente notario apostolico para que bolbese e figese fee en juyzio e fora del para senpre jamas segundo e en la maneyra que se en el conten e ratificamos e damos por ninguna o pleyto que sobre ello avemos para que non valla nen faga fee en juyzio nen fora del o tes e conprir o dito foro de çenso e de conprir e defender con ello ao dito Alvaro Nunez e sua moller e heredeyros que o obligaçion de vees de dyta hermyta que para ello oblygamos e so a pena en o dyto contrabto contava er esto de como pasou e o dito Alvaro Nunez dixo que lo pedya por testimonio synaado por si e por suas vozes e heredeyros e se oblygo de lo ter conplyr e pagar por seus vees que para ello obligo e este foy e pasou ansy o ano, dya, mes sobredytos estando a ello presentes por testigos Juan Fernandez Agulla notario e Juan do Colon e Pero Franco mareantes vezinos da dita villa. )

Rectificación: Ha habido una confusión por mi parte el documento ya lo había subido en otro post con los documentos de Juan de Colón, además lo había aportado Sonia Barja y así consta en el otro post, lamento la confusión pues aun estando seguro de haberlo subido lo busqué donde no era y por tanto no lo encontré, pido perdón por ello y a  Sonia también

La Lengua de Cristóbal Colón: Estudio de sus escritos y las palabras gallegas utilizadas por Colón

Este trabajo fue realizado por Martinho Montero Santana para la Biografía de Celso García de la Riega 

José-Martinho Montero Santalha (Cerdido, Galiza, 1947). É licenciado em Filosofia e em Teologia, e doutor em Filologia Galego-Portuguesa com uma tese sobre as rimas da poesia trovadoresca galego-portuguesa, que recebeu prémio extraordinário. Realizou os estudos eclesiásticos no Seminário de Mondonhedo, de Filosofia e Teologia nas universidades de S. Tommaso d’Aquino e Gregoriana de Roma, e de Filologia na UNED e na Universidade da Corunha. Exerceu a docência de Teologia na Universidade Gregoriana e no Centro de Estudos Eclesiásticos de Santiago de Compostela, e de Inglês em Ferrol. Na atualidade é professor de Língua e Literatura Galegas na Faculdade de Ciências da Educação da Universidade de Vigo (no campus de Ponte-Vedra). Ademais de numerosos artigos sobre temas preferentemente linguísticos e literários, publicou Directrices para a reintegración lingüística galego-portuguesa (1979), Método prático de língua galego-portuguesa (1983), Carvalho Calero e a sua obra (1993), Proposta Galiza (2002), etc.
Es un trabajo muy interesante y esclarecedor, espero que les guste

La Lengua de Cristóbal Colón 

Celso García de la Riega trató también sobre otro aspecto inquietante de la personalidad de Cristóbal Colón: sus usos lingüísticos. Y lo hizo con una actitud prudente y nada dogmática, y con observaciones que, si no siempre resultan admisibles con los conocimientos que hoy tenemos, en buena medida siguen aún teniendo valor por su perspicacia.

El capítulo IV de Colón, español (pp. 33 y siguientes) lleva el bien significativo título de «Indicios lingüísticos», y comienza por notar el hecho sorprendente, que todos los investigadores de la biografía de Colón también ahora resaltan, de que Colón no haya escrito en italiano sino casi siempre en castellano:

“Una de las singularidades más notables que ofrece la personalidad de Colón es la de que ninguno de los documentos escritos de su mano que han llegado a nuestros tiempos aparece redactado en lengua italiana: memoriales, instrucciones, numerosas cartas y papeles íntimos están escritos en castellano, y las notas marginales en sus libros de estudio (Biblioteca Co- lombina de Sevilla), en latín. 

Para explicar de alguna manera semejante singularidad, se dice que la educación de Colón en su infancia fue muy superficial, y además que abandonó a su patria en la niñez; explicación sobradamente deleznable, porque, aparte de las altas cualidades de inteligencia y de aplicación que se le han reconocido, debió emplear forzosamente la lengua italiana para los estudios elementales que verificó, si era genovés, antes de los catorce años en que empezó a navegar, y si es cierto que navegó veintitrés años, «sin estar fuera de la mar tiempo que se haya de contar», en barcos genoveses, ya en el comercio, ya al servicio de los príncipes de Anjou; si es cierto que sostuvo continuas relaciones de amistad y trato frecuente con mercaderes y personajes italianos, no es posible admitir que hubiese olvidado la lengua italiana hasta el punto de no poder escribir en este idioma la carta que se dice dirigió al Oficio de San Jorge de Génova” (pp. 33-34). 

Y las preguntas que D. Celso formula a este propósito siguen manteniendo toda su fuerza:

“¿Quién, que se halle expatriado, aunque lleve residiendo largo tiempo en el extranjero, al dirigirse por escrito a las autoridades de su pueblo, no lo hace en el idioma patrio? ¿Quién llega a olvidar hasta ese grado el lenguaje que aprendió en el regazo materno? ¿Es posible que Colón no hubiera sentido por la lengua italiana, si ésta hubiera sido la suya, el instintivo afecto que todos los hombres, de todos los países y de todas las épocas, dedicamos al idioma nativo?” (pág. 34). 

Muchos años más tarde reconocía aún la fuerza de estos interrogantes escritor y político gallego Salvador de Madariaga en su conocida biografía de Colón (Vida del muy magnífico señor don Cristóbal Colón, Buenos Aires, 1940, con varias ediciones posteriores; 5a ed. Espasa-Calpe, Madrid 1992):

“Ésta es la objeción más grave contra la tesis genovesa y por sí sola basta para justificar la existencia de numerosas soluciones alternativas al enigma de Colón; los «genovistas» no han sabido contestarla satisfactoriamente; los más de entre ellos se contentan con saludarla al paso y confesar su incapacidad para resolverla; otros se atreven a indicar que quizá Colón llegase a olvidar su lengua natal en tierras extrañas, explicación que procede precisamente de los que más obstinadamente se empeñan en tener a Christóforo Colombo atado al telar y a la taberna de su padre hasta los veintidós años; como si un lenguaje mamado en la cuna y hablado hasta los veintidós años pudiera borrarse en la memoria y del hábito a los treinta y tres” (pág. 72). 

Estudios filológicos sobre la lengua de Colón 

El más conocido e importante estudio sobre la lengua de Colón es el publicado por el famoso filólogo hispanista Ramón Ménéndez Pidal (editado en su versión definitiva en 1942: «La lengua de Cristóbal Colón», incluido en su libro La lengua de Cristóbal Colón, el estilo de Santa Teresa y otros estudios sobre el siglo XVI, Buenos Aires / Madrid: Espasa Calpe, “Colección Austral”, vol. núm. 280, con varias ediciones posteriores: la 5a edición es de 1968]).

Y también Menéndez Pidal nota esa misma constatación sorprendente, recordando además el testimonio de varios contemporáneos de Colón que afirmaban que el castellano no era su lengua nativa.

Otro filólogo que más recientemente ha prestado atención al estudio de la lengua de Colón es Juan Gil, que ha reconsiderado y analizado con nuevas informaciones y con su bien probada pericia filológica varios de los viejos problemas del uso lingüís- tico de Colón. Él es el autor del apartado I (pp. VIII-LVII) del «Prólogo» a la edi- ción de los Textos y documentos completos de Colón editados en 1982 por su esposa Consuelo Varela (como ésta advierte en la pág. LXI: “Quiero hacer constar mi es- pecial gratitud a Juan Gil, mi marido, que ha revisado los originales y me ha ayuda- do en todos los problemas filológicos del texto; sin su ayuda este libro no hubiera

sido posible. A él se debe en esta introducción el apartado I y la edición de I y L”).

Galaico-portuguesismos en los escritos de Colón 

En general, tanto Menéndez Pidal como Juan Gil descubren en la lengua de Colón abundantes elementos que pueden calificarse como galaico-portuguesismos. Pode- mos enumerar escuetamente los más significativos:

1) Palabras gallego-portuguesas: por ejemplo, boy = castellano ‘buey’, corredío cast. ‘(cabello) liso’, crime = cast. ‘crimen’, curral = cast. ‘corral’, custa = cast. ‘coste’, deter = cast. ‘detener’, falar = cast. ‘hablar’, fame = cast. ‘hambre’, sede = cast. ‘sed’, soma = cast. ‘suma’… 

2) La grafía con -m final en vez de -n: por ejemplo, um (por un), una característica gráfica de Colón sobre la que dice Menéndez Pidal: “vm por ‘un’ es la peculiaridad que primero salta a la vista en cualquier autógrafo de Colón” (pág. 37).

3) El uso incorrecto de diptongos gallego-portugueses: por ejemplo, sey (por ), tesoyrero (por tesorero).

4) El uso erróneo de los diptongos castellanos ie y ue, un punto que resulta aún fuente de dudas para los gallegos y portugueses de hoy. En unos casos, Colón no acierta a usar el diptongo castellano, empleando en su lugar la forma no diptongada: por ejemplo, consinte (por consiente), corda (por cuerda), força (por fuerza, que en el castellano de la época se escribía fuerça), quero (por quiero)… En otros casos Colón intro- duce indebidamente el diptongo, por el conocido fenómeno de “ultracorrección” en que incurren los que dominan imperfectamente un idioma: por ejemplo, depiende (por depende)… 

5) La aplicación, a algunos substantivos, del género gramatical que tienen en gallego-portugués, pero que es erróneo en castellano: por ejemplo, el nariz (por la nariz), un señal (por una señal)…

6) Otras formas de origen gallego-portugués que resultan incorrectas en castellano: por ejemplo, el uso del artículo masculino el con el valor del neutro castellano ‘lo’ (neutro); o la forma de demostrativo gallego-portuguesa eses (por esos).

Gallego y portugués 

Menéndez Pidal creía que entre todos esos rasgos lingüísticos no los hay característicamente gallegos, sino exclusivamente portugueses: “el dialectalismo colombino es portugués y no gallego” (pág. 15). Y de ahí deducía que Colón debió de aprender castellano en Portugal, y excluía cualquier posibilidad de que Colón fuese gallego.

Sin embargo, la cuestión no es tan simple. La lengua usada en Galicia y en Portugal en tiempos de Colón era substancialmente idéntica. De modo que, basándonos exclusivamente en la lengua de Colón, difícilmente podremos llegar a una conclusión

segura sobre si sus escritos presentan mayor colorido gallego o portugués.

De ello tenemos que concluir que los fenómenos gallego-portugueses de la lengua usada por Colón no serán suficientes para probar su origen gallego (puesto que, prestando atención a ese solo punto, podría ser igualmente portugués). Pero tam- poco podrán servir de argumento, como pretendía Menéndez Pidal, para excluir una posible procedencia gallega. Incluso si se pudiese constatar que, en aquellos puntos en que podía existir alguna leve diferencia lingüística o gráfica entre Galicia y Portugal, Colón prefiere usar formas más característicamente portuguesas, no podemos por eso excluir un origen gallego. La conciencia de la identidad funda- mental de la lengua hace siempre posible para un usuario el empleo de cualquier variante gráfica, morfológica o léxica del mismo sistema lingüístico, y más aún en el caso de Colón, que, como bien se sabe, residió en Portugal varios años. Sucede lo mismo hoy en día: un español que pasa unos años en Argentina o en México es natural que, por ósmosis cultural, acabe acogiendo en sus escritos elementos característicos del habla de estos países.

Y por esto tampoco las diferencias en cuanto a preferencias gráficas que podemos observar entre los documentos gallegos por una parte y los portugueses por otra en la segunda mitad del siglo XV, en el caso de Colón no son determinantes, dado que, por su residencia en Portugal durante varios años, es natural que adoptase los usos gráficos portugueses.

Como advertía el Padre Aureliano Pardo a propósito de todos esos fenómenos gallego-portugueses que hemos enumerado, “lo menos que puede concederse, en buena lógica, es que las palabras gallego-portuguesas puedan llamarse indistintamente galleguismos o portuguesismos. Menéndez Pidal, al calificarlas exclusivamente de portuguesismos, da a entender que desconoce el idioma gallego o que, si lo conoce, prescinde en absoluto de su conocimiento para formular su juicio sobre el lenguaje de Colón” (artículo publicado póstumamente en la revista Vida Gallega en 1961).

Por lo demás, está lejos de ser seguro que Colón haya usado rasgos lingüísticos por- tugueses no existentes en Galicia; al contrario, alguno de sus elementos léxicos pa- rece característico de Galicia. Ejemplos podrían ser fame ‘hambre’, forma tradicional gallega frente a la portuguesa más común fome, o despois ‘después’, que es la forma más tradicional y mas extendida en Galicia, frente a la portuguesa depois; sin embar- go, no puede forzarse este argumento, porque también las formas fame y despois se usaron en Portugal.

¿Dónde aprendió Colón castellano? 

Otro enigma sobre la lengua de Colón es que, a pesar de que sus contemporáneos reconocían fácilmente que el castellano no era su lengua nativa, su dominio de esta lengua, descontando los abundantes galaico-portuguesismos, es sorprendentemente

correcto para un extranjero. El mismo D. Celso lo expresó adecuadamente: “es de notar la soltura con que la escribía”.

Y la pregunta que surge es: ¿dónde aprendió Colón el castellano con el sorprenden- te grado de conocimiento que demuestra en sus escritos? Su dominio de la lengua castellana no puede considerarse explicable en un genovés que llegó a Castilla ya adulto y sin haber tenido hasta entonces contacto suficientemente intenso con castellano-hablantes.

Ya hemos visto que Menéndez Pidal quiso explicar este conocimiento del castellano como surgido en la prolongada estancia de Colón en Portugal, creyendo que el primer escrito de Colón en castellano era una glosa o anotación del año 1481 en los márgenes de un libro usado por el descubridor:

“Al querer formarme una idea de la lengua usada por Colón, en los muchos autógrafos que de él se conservan, lo primero que saltó a mi vista fue el hecho inesperado de que el gran descubridor usase el español antes de ir a Castilla. El primer escrito fechado que tenemos de Colón está en español y es de cuatro años antes de que el descubridor entrase en el reino de Fernando e Isabel”. (pág. 9). 

Pero el profesor Juan Gil, que estudió con especial cuidado las glosas o anotaciones conservadas en los libros que Colón manejó, afirma que esa anotación, escrita en un castellano plagado de galaico-portuguesismos, no procede del año 1481 cuando Colón se encontraba en Portugal, sino de unos años más tarde, probablemente después de la llegada de Colón a Castilla.

Y es significativa es la opinión del mismo Juan Gil sobre la posibilidad de que Colón aprendiese el castellano en Portugal:

Sobre la posibilidad de que Colón pudiese aprender castellano en Portugal, como pretendía Menéndez Pidal, vemos, pues, que el parecer cualificado del profesor Juan Gil es que “no es creíble”.

Ya antes se había manifestado contra tal idea Salvador de Madariaga en su obra an- tes citada, considerando imposible que un emigrante italiano establecido en Portu- gal pudiese adoptar como lengua propia el castellano, por muy prestigiosa que esta lengua fuese en Lisboa en aquellos tiempos:

Bien es verdad que el castellano ocupaba entonces en Lisboa una situación muy fuerte; pero de aquí a imaginar que un inmigrante italiano que se instala en Portugal va a aprender el castellano con preferencia al portugués y a hablarlo y escribirlo con exclusión total de 

“He aquí un punto de la vida de Colón no suficientemente aclarado, porque no es creíble que un marino, por muchos aires de cortesano que se diese, aprendiera a hablar y a escribir castellano en Portugal: por pura lógica se ha de concluir que la etapa castellano-parlante de Colón, un hombre que debía de tener una facilidad especial para el aprendizaje lingüístico, se abre con su venida a España” (pág. XXII). 

la lengua de su país de origen y de la lengua de su país de adopción (pues al casarse se afincó en Portugal) hay un abismo que no es razonable salvar” (5a ed., 1992, pág. 73). 

Por cierto que la explicación que el mismo Salvador de Madariaga pretende dar para el conocimiento del castellano por Colón no tiene mayor fundamento que el de la estancia portuguesa de Menéndez Pidal, y el mismo Pidal se encargó de descalificar- la.

Madariaga defiende en su obra el origen judío de Colón, suponiendo que sus ante- pasados eran judíos catalanes o baleares que escaparon a Génova huyendo de la persecución de los judíos en 1391 en el reino de Aragón. Esos antepasados habrían llevado consigo el castellano del siglo XIV (lo que explicaría la extrañeza que sus contemporáneos notaban en el castellano hablado por Colón, ya que “Su lenguaje no era el castellano del siglo XV sino el del XIV, trasplantado a Génova probable- mente hacia 1390”: pág. 80), porque según Madariaga en algunas zonas del territorio lingüístico catalán “ya entonces se hablaba el castellano como lengua predominante”.

Pero esta afirmación de la presencia de la lengua castellana en la zona catalana en el siglo XIV carece de fundamento, y por eso Menéndez Pidal, que conocía bien la historia lingüística de la Península, comenta, quizá no sin cierta ironía:

“No sé de dónde procede esta extraordinaria noticia. Queda, por lo demás, sin explicar el español de Colón, fundamentalmente aportuguesado como el de los portugueses del Cancionero de Resende” (pág. 10, nota 1). 

De hecho, en la cuarta edición de su obra, aparecida en 1947, Madariaga reconoce ese error y lo rectifica, aunque sigue manteniendo que los antepasados judíos de Colón hablaban castellano, porque “Los judíos sefardíes expatriados hablaban castellano” (5a ed., pág. 500). Pero también esta nueva afirmación carece de fundamento aplicada judíos de zona catalano-hablante, y más aún en el siglo XIV.

La escritura de Colón 

Más reciente es la obra que la profesora norteamericana de literatura Estelle Irizarry (bien conocida en Galicia por sus estudios sobre el escritor gallego Rafael Dieste) publicó sobre la escritura de Colón: El ADN de los escritos de Cristóbal Colón (San Juan de Puerto Rico: Ediciones Puerto, 2009, 300 pp.). Ya hace algunos años (en 1992, con ocasión del quinto centenario de la llegada de Colón a América) la profesora Irizarry publicó un estudio sobre «Cristóbal Colón, escritor», en el que analizaba las cualidades literarias que Colón muestra en sus relatos, especialmente su diario.

En la nueva obra la profesora Irizarry desciende a pormenores de carácter no ya literario sino paleográfico. De algunas comparaciones con otros manuscritos de la época cree poder concluir que el uso que hace Colón de la coma o vírgula con un valor ortográfico variado (de coma, o de punto y coma, o incluso de punto y segui-

do), y el empleo de una barra diagonal, acompañada o no de un punto, con un valor ortográfico similar a la coma actual, son elementos típicos de la escritura de Colón, y vienen a coincidir con características gráficas de la zona de habla catalana, y especialmente de Ibiza.

Podemos resumir sus conclusiones con palabras de Nito Verdera (en su artículo «El origen geocultural de Cristóbal Colón», accesible en http://www.anajnu.cl/colon- geocultural.htm:

“En el capítulo «Colón, escriba», Estelle Irizarry explica que la insistencia de Colón en puntuar sus propios textos está fuera de la norma de la época […]. 

[…] resulta que el sistema colombino usa vírgula indistintamente para servir de coma o punto y seguido, separando frases, cláusulas y fragmentos. Lo curioso es que en España el uso de la barra diagonal aparece casi exclusivamente en obras escritas en áreas de la Anti- gua Corona de Aragón. […] 

Lo más sorprendente y determinante es que el sistema de puntuación de Colón se da en tierras de habla catalana que estaban bajo la Corona de Aragón, donde se en- cuentran configuraciones idénticas en la puntuación de manuscritos, como en Ibiza. Y es que, como escribe la Dra. Irizarry, «la primera página de un documento conservado en la catedral de Ibiza, de 1410, contiene barras internas que funcionan como la coma actual, con un punto a la derecha, semejándose a la puntuación usada por Colón. En la misma línea del segundo fin de oración, hay una vírgula como coma después del nombre. En la segunda página, además de coincidir con las vírgulas anotadas por Colón, el redactor también usa el espacio en blanco para separar divisiones, con la función de punto y aparte».

Finalmente, cabe señalar que el sistema de puntuar de Colón no es característico de manuscritos o impresos de Castilla, no es práctica usual ni común en otras parte de la Península Ibérica; tampoco es característica de Génova, Florencia ni Venecia”.

Al pretender sacar conclusiones sobre la escritura de Colón, se introduce la profesora Irizarry temerariamente en un campo muy apartado de su especialidad como profesora de literaturas modernas. Y la verdad es que esas observaciones paleográficas carecen de fundamento.

Las prácticas escriturarias del siglo XV eran bastante comunes no sólo a toda la Península Ibérica sino incluso a toda Europa occidental. Naturalmente, eso no ex- cluía, como sucede hoy, que una persona pudiese tener algunas preferencias indivi- duales, pero siempre dentro de unos usos bastante generalizados.

Concretamente, el uso de vírgulas o comas con diversos valores de puntuación, y el de barras diagonales (a veces acompañadas de puntos), no son fenómenos caracte- rísticos (y, mucho menos, exclusivos) ni de Colón ni de Ibiza ni del territorio de habla catalana. Por el contrario, esos usos son generales: aparecen en escritos de esa época en toda la Península (e incluso aparecerán reflejados a veces en los primeros

libros impresos, que tendían a mantener muchos de los usos comunes en la escritu- ra manual). En documentos gallegos de la época de Colón se pueden aducir bastan- tes ejemplos, también en los llamados “documentos colonianos” de Pontevedra (cuya indudable autenticidad, lejos de cualquier falsificación, ha quedado bien pro- bada en los últimos tiempos).

En conclusión: que de ningún modo el uso que hace Colón de vírgulas o barras diagonales en su escritura se puede considerar como prueba de catalanismo de Co- lón.

Por último añadir lo dicho por José Martinho Montero Santalha en la conferencia en octubre de 2006 en Palas de Rei, publicada como “La lengua de Cristóbal Co- lón“.

La relación epistolar, en un tono de gran confianza y afecto, con un “Joam d’Ai», que ha sido erróneamente identificada como Inglés, en el supuesto de que su nom- bre era” John Day “. Pero esta identificación carece de fundamento: Joam (que no es lo mismo que Juan) es el nombre actual del gallego-portugués, y el apodo “d ́Ai” (que, por supuesto, podría ser también escrito de Day o de otras grafías similares) está bien documentada Pontevedra en la época medieval, y se refiere al topónimo de Ai, un lugar todavía existe y pertenece a la parroquia de San Lorenzo de No- gueira, en el municipio de Meis, no muy lejos de Pontevedra. 

La Parla Marinera: 

En 1951 el Capitán de Navío, Julio Guillén Tato y tomó posesión el 23 de junio de 1963 con el discurso titulado El lenguaje marinero realizó un laborioso informe de in- vestigación sobre la parla marinera de Cristóbal Colón, que envió al Congreso In- ternacional de estudios Colombinos de Génova “La parla marinera en el primer viaje de Cristóbal Colón”, que entre otras cosas decía:

Colón cuarteaba el compás o aguja con voces distintas a las del Mediterráneo y de las galeras, que emplea siempre Ramusio y tantos otros, incluso traduciéndolas del portu- gués…Y al emplear íntegramente esta rosa oceánica de origen nórdico, parece como si ja- más hubiese navegado por el Mediterráneo, o tan poco, que ni en una sola ocasión se le desliza un “mediterranismo”.

Colón escribe según la parla navaresca ú oceánica: la de las naos, que nuestros marineros de Cantabria, Galicia y saco de Cádiz ya hablaban por lo menos un siglo antes

“Los mediterranismos” del Diario no son imputables al propio Almirante; constitu- yen la aportación e influencia naturales de una marina más antigua y vecina…Colón no deja traslucir influencias directas del habla de las galeras, o las voces, que pudo aplicar, fueron arroyadas por las que de continuo oía a su gente.

Dentro de la parla marinera el autor recopila los siguientes: rota, chubasco, tonina, leste, sondar, sorgir, sudeste, topo, verga, angra, longo, fugir, fugió, fugido, enjerido, farallón, corda… Y

otros tales como: fisga, galea, grajo, mastel, bordo, borda, custa, pijota, ventar, xarcía, turboa- das, calmería, oscurada, pardelas, etc que aparecen en algunos autógrafos del Almirante.

Creo que los dos últimos fundamentos: La toponimia y el lenguaje, son las señas de identidad de Cristóbal Colón. No puede entenderse la toponimia como una casuali- dad, habiendo nombres específicos de la Ría de Pontevedra, Vigo, Arosa y de otras partes de Galicia. Lo mismo podemos pensar del lenguaje, puede haber portugue- sismos pero hay palabras de uso exclusivo gallego, alrededor de 500 palabras, y si alguien las emplea correctamente no cabe pensar que lo aprendió en Portugal, o como marinero, tuvo que aprenderlas del contacto con su idioma nativo.

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