Cartas de Paulo Toscanelli a Cristóbal Colón
Carlos Martin, colaborador de este blog, me aconsejó subir las cartas de Toscanelli para una mayor aclaración, me pareció buena idea y las expongo en este post.

Toscanelli
1860 bibliotecario en la biblioteca colombina José María Fernández y Velasco descubrió el ejemplar que perteneció a Colón, de la historia Rerum ubique gestarum de Eneas Silvio Picolomini -papa Pío II-con abundantes notas marginales atribuidas al Almirante. En las hojas de guarda del final o en una hoja o un cuadernillo que quizá se agregaría al volumen antes de encuadernar, consta el texto latino de la carta de Toscanelli a Fernando Martíns, pero no las dos cartas enviadas por el mismo a Colón. El mencionado bibliotecario al parecer no aprecio la importancia del texto latino, que fue dado a conocer por Henry Harris se en 1871, que ha sido muy reproducido después.
La correspondencia de Toscanelli ha presentado dos vertientes a la crítica: la cuestión de su autenticidad y el problema de que sea autógrafa de Colón la copia incluida en el ejemplar de la Historia Rerum.
En el tema de la autenticidad, Se admite hoy generalmente que la posee la carta de toscanelli al canónigo Fernando Martins, pero se rechaza la de los las dos cartas del Florentino a Colón, Considerándolas una superchería. Durante mucho tiempo se ha admitido la autenticidad de las tres: la primera de Toscanelli a Colón de la dirigida al canónigo portugués, y la segunda del mismo al futuro descubridor, en respuesta otra supuesta de este pidiéndole más explicaciones. En realidad, admitiendo la veracidad de toda la correspondencia, habrían existido seis cartas: la de Fernando Martins a Toscanelli, solicitándole el nombre del rey Alfonso V de Portugal un informe sobre la ruta occidental a las Indias; la respuesta de Toscanelli, una carta de Colón iniciando la relación con el sabio Florentino; su respuesta, que incluye la carta anterior; otra de Colón en ruego pidiéndole más informes y la nueva contestación.
La autenticidad de las tres cartas conservadas no se puso en duda durante mucho tiempo, aunque sí se salvaron las diferencias entre las tres versiones, sobre todo una vez descubierto el texto latino considerado original aunque no faltaron advertencias sobre su pobreza, juzgándose que en el había alteraciones que no representaba con total exactitud su forma primitiva. Pero general los principales Colombistas del siglo XIX aceptaron la autenticidad de toda la correspondencia, a pesar de admitir algunos tales modificaciones: así Bossi, Navarrete, Humboldt, Irving, Rosselló, Harrise, Peschel, Uzielli, De Lollis..etc- en sus estudios de los escritos de Colón, y sobre Toscanelli en la Raccolta Colombina-, Asensio, Thacher, Ruge, Peregallo. Pero Henry Vignaud negó la autenticidad de todas las cartas, lo que provocó una fuerte polémica.
El otro problema es el del carácter autógrafo de la copia latina incluida en la Historia Rerum, el cual está en relación con otro difícil problema, es de los verdaderos autógrafos de Colon. En este caso hay disparidad de criterio entre unos autores y otros, por ejemplo Harrise, el descubridor científico de la carta, al principio la creyó auténtica para posteriormente negarlo, la creen aunética: Lollis, Asensios, Molinari, Thacher y muchos otros, la cree falsa Vignaud que fue el que más polémica creo, incluso hay autores que creen que la carta esta escrita por Bartolomé.
CARTA DE PAULO, FÍSICO FLORENTINO, AL ALMIRANTE ACERCA DEL DESCUBRIMIENTO DE LAS INDIAS
A Cristóbal Colombo, Paulo, físico, salud. Yo veo el magnífico y grande deseo tuyo para haber de pasar adonde nace la especiería, y por respuesta de tu carta te envío el treslado de otra carta que ha días yo escribía un amigo y familiar ( Hernando Colón en el texto en latín pone Domestichezza que Humboldt tradujo por Domestico en lugar de Familiar que tradujeron Hernando y Las Casas) del serenísimo rey de Portugal, antes de las guerras de Castilla, a respuesta de otra que por comisión de su alteza me escribió sobre el dicho caso, y te envío otra tal carta de marear, como es la que yo envié, por la cual serás satisfecho de tus demandas; cuyo treslado es el que se sigue:
A Fernan Martínez, canónigo de Lisboa, Paulo, físico, salud. Mucho placer hube de saber la privanza y familiaridad que tienes con vuestro generosísimo y manificentísimo rey, y bien que otras muchas veces tenga dicho del muy breve Camino que hay de aquí a las Indias, adonde nace la especiería, por el camino de la mar, más corto que aquel que vosotros hacéis para Guinea, dicesme que quiere ahora su alteza de mi alguna declaración y a ojo demostración, porque se entienda y se pueda tomar el dicho camino; y aunque conozco de mí que se lo puedo mostrar en forma de esfera como está el mundo, determiné por más fácil obra y mayor inteligencia mostrar el dicho camino por una carta semejante a aquellas que Se hacen para navegar, y así la envió a S. M., hecha y dibujada de mi mano; en la cual está pintado todo el fin del Poniente, tomando desde Irlanda al Austro hasta el fin de Guinea, con todas las islas que en este camino son, en frente de las cuales, derecho por Poniente, está pintado el comienzo de las Indias, con las islas y los lugares adonde podéis desviar para la linea equinoccial, y por cuánto espacio, es a saber, en cuantas leguas podéis llegar a aquellos lugares fertilísimos y de toda manera de especiería y de joyas y piedras preciosas y no tengáis a maravilla si yo llamo Poniente adonde nace la especiería, porque en común. Se dice que nace en Levante, mas quien navegare al Poniente siempre hallará las dichas partidas en Poniente, y quien fuere por tierra en Levante siempre hallará las mismas partidas en Levante.
Las rayas derechas que están en luengo en la dicha carta muestran la distancia que es de Poniente a Levante, las otras, que son de través, muestran la distancia que es de Septentrión en Austro. También yo pinté en la dicha carta muchos lugares en las partes de India, adonde se podría ir aconteciendo algún caso de tormenta o de vientos contrarios o cualquier otro caso que no se esperase acaecer, y también porque se sepa bien de todas aquellas partidas, de que debéis holgar mucho.
Y sabed que en todas aquellas islas no viven ni tratan sino mercaderes, avisándoos que allí hay tan gran cantidad de naos, marineros, mercaderes con mercaderías, como en todo lo otro del mundo, y en especial en un puerto nobilísimo llamado Zaiton, do cargan y descargan cada año cien naos grandes de pimienta, allende las otras muchas naos que cargan las otras especierías.
Esta patria es populatísima, y en ella hay muchas provincias y muchos reinos y ciudades sin cuento debajo del Señorío de un príncipe que se llama Gran Can, cual es lo mas del tiempo en la provincia del Catayo. Sus antecesores desearon mucho de haber plática y conversación con cristianos, y habrá doscientos años que enviaron al Santo Padre para que enviase muchos sabios y doctores que les enseñasen nuestra fe, mas aquellos que el envió, por impedimento, se volvieron del camino sin llegar a Roma, y también al papa Eugenio vino un embajador que le contaba la grande amistad que ellos tienen con cristianos, y yo hablé mucho con él de muchas cosas y de las grandezas de los edificios reales, y de la grandeza de los ríos en ancho y en largo, cosa maravillosa, y de la muchedumbre de las ciudades que son allá a la orilla dellos, y como solamente en un río son doscientas ciudades, y hay puentes de piedra mármol muy anchas y muy largas adornadas de muchas columnas de piedra mármol. Esta patria es digna cuanto nunca se haya hallado, y no solamente se puede haber en ella grandísimas ganancias y muchas cosas, mas aún se puede haber oro y plata y piedras preciosas y de todas maneras de especiería, en gran Suma, de la cual nunca se trae a estas nuestras partes, y es verdad que hombres Sabios y doctos, filósofos y astrólogos, y otros grandes Sabios en todas artes y de grande ingenio, gobiernan la magnífica provincia y ordenan las batallas. Y de la ciudad de Lisboa, en derecho por el Poniente, son en la dicha carta Veintiséis espacios y en cada uno dellos hay 250 millas hasta la nobilísima y gran ciudad de Quisay, la cual tiene al cerco 100 millas, que son 25 leguas, en la cual Son diez puentes de piedra mármol. El nombre de la ciudad, en nuestro romance, quiere decir Ciudad del cielo, de la cual se cuentan cosas maravillosas de la grandeza de los artificios y de las rentas. Este espacio es cuasi la tercia parte de la esfera, la cual ciudad es en la provincia de Mango, Vecina de la ciudad del Catayo, en la cual está lo más del tiempo el rey, y de la isla de Antilla, que vosotros llamáis de siete ciudades, de la cual tenemos noticia, hasta la nobilísima isla de Cipango, hay diez espacios, que son 2.500 millas, es a saber 225 leguas, la cual isla es fertilísima de oro y de perlas y piedras preciosas.
Sabed que de oro puro cobijan los templos y las casas reales; así que por no ser conocido el camino están todas estas cosas encubiertas, y a ella se puede ir muy seguramente.
Muchas otras cosas se podrían decir, mas como os tengo ya dicho por palabra y Sois de buena consideración, Sé que nos vos queda por entender, y por tanto no me alargo más, y esto sea por satisfacción de tus demandas cuanto la brevedad del tiempo y mis ocupaciones me han dado lugar; y así quedo muy presto a satisfacer y servir a su alteza cuanto mandare muy largamente. Fecha en la ciudad de Florencia a 25 de junio de 1474.
Después de esta carta, volvió a escribir al Almirante, del modo que sigue:
«A Cristóbal Colombo, Paulo, físico, salud. Yo recibí tus cartas con las cosas que me enviaste, y con ellas recibí gran merced. Yo veo el tu deseo magnífico y grande de navegar en las partes de Levante por las de Poniente, como por la carta que yo te envío se muestra, la cual se mostrara mejor en forma de esfera redonda. Pláceme mucho sea bien entendida; y que es el dicho viaje, no solamente posible, mas que es verdadero y cierto y de honra y ganancia inestimable y de grandísima fama entre todos los cristianos. Mas vos no lo podreis bien conocer perfectamente, salvo con la experiencia o con la plática, como yo la he tenido copiosísima, y buena y verdadera información de hombres magníficos y de grande caber, que son venidos de las dichas partidas, en esta corte de Roma, y de otros mercaderes que han tratado mucho tiempo en aquellas partes, hombres de mucha autoridad. Así que cuando se haga el dicho viaje será a reinos poderosos y ciudades y provincias nobilísimas, riquísimas de todas maneras de cosas en grande abundancia y a nosotros mucho necesarias, así como de todas maneras de especiería en gran suma y de joyas en grandísima abundancia. También se irá a los dichos reyes y príncipes que están muy ganosos, más que nos, de haber trato y lengua con cristianos destas nuestras partes, porque grande parte dellos son cristianos y también por haber lengua y trato con los hombres sabios y de ingenio de acá, así en la religión como en todas las otras ciencias, por la gran fama de los imperios y regimientos que tienen destas nuestras partes, por las cuales cosas todas y otras muchas que Se podrían decir, no me maravillo que tú, que eres de grande corazón, y toda la nación de portugueses, que han sido siempre hombres generosos en todas grandes empresas, te vea con el corazón encendido y gran deseo de poner en obra el dicho viaje». Esta carta, como he dicho, encendió mucho al Almirante para su descubrimiento, si bien quien la envió estaba en el error de creer que las primeras tierras que se encontrasen habían de ser las del Catay y el Imperio del Gran Can, con lo demás que refiere, pues, como ha probado la experiencia, es mayor la distancia desde nuestras Indias allí, que la de aquí a dichos países.
Solo quiero añadir una curiosidad y es esta:
Colón copia al pie de la letra en el mismo preámbulo del Diario del primer viaje, unas lineas de la carta de Toscanelli al portugués Martins, donde se explica el significado de la frase
“Gran Kan, que quiere decir en nuestro romance Rey de los Reyes”.
De lo dicho en el post anterior sobre la falsedad de las cartas, añadir que me resulta un tanto incomprensible que Colón copiara una frase de una carta falsificada por su hermano Bartolomé, más bien parece un homenaje a Toscanelli