Los Continos eran oficiales nombrados directamente por los Reyes con funciones indeterminadas para que prestaran sus servicios allí donde sus señores lo deseaban, con variadas competencias, donde fueran fieles ejecutores de la voluntad real. Podían estar bajo el mandato de otro oficial, como en el caso del Almirante-Visorrey en el Segundo Viaje, pero ello era consecuencia de la voluntad real y sólo mientras ésta lo demandara. Característico de los Continos es su servicio continuado al Rey o a la Reina, juraban su cargo como tales oficiales y percibían quitaciones por sus servicios, cuyas cartas eran incorporadas a los libros de los Contadores Mayores. Por su familiaridad con los Reyes muchas veces fueron llamados criados, siendo esto cierto de algunos que sí lo fueron, por haber sido criados en la Casa Real a la cual habían entrado a formar parte desde temprana edad. Su disponibilidad hacía de ellos oficiales eficientes de máxima utilidad para el cumplimiento de los deseos reales, que recibían instrucciones escritas para el ejercicio de su misión. Pertenecían muchas veces a familias con tradición en la continería, unas veces eran hidalgos y otras veces a poderosas familias de la gran nobleza.
Los continos de Colón eran oficiales, de gran lealtad y privanza, que muchas veces pertenecían a la nobleza urbana castellana. Los continos del Almirante fueron los precursores de los criados de los Virreyes de Indias. No todos alcanzaron el éxito social en el Nuevo Mundo, pero hay constancia que algunos lograron fama, poder y buenos enlaces en la sociedad antillana.
Cabe señalar que durante su reinado don Fernando y doña Isabel usaron de los continos con gran frecuencia, así proliferaron continos con nombramientos de corregidores, con misiones de naturaleza diplomática, de carácter económico y militar, cuando los Reyes necesitaban asegurarse del cumplimiento de su mandato.
Parece evidente la importancia de los Continos dentro del gobierno de los Reyes Catolicos, y no es casualidad el gran número de continos utilizados por los Reyes para servir como corregidores, Alcaldes de algunas poblaciones importantes que eran nombrados por el rey y que tenían competencias en asuntos administrativos y judiciales: a la cabeza de las ciudades más importantes se situaba el corregidor, como representante del rey, y en las localidades pequeñas, en lugar del corregidor se nombraba un alcalde ordinario. El corregimiento era la piedra esquinera de la reforma del gobierno local que hicieron Fernando e Isabel en Castilla.
En el Segundo Viaje de Cristóbal Colón los Reyes enviaron a un buen número de estos servidores extraordinarios para asegurar la efectividad de aquella armada expedicionaria. La reacción inicial de Colón fue contraria, pues veía en aquella decisión una intromisión de los monarcas en su virreinato, ello dio pie a sus reiteradas peticiones de llevar sus propios continos. Los Reyes temieron que ello fuera causa de conflicto con los propios continos que enviaban, pero por dar placer a Colón, ante su insistencia, le otorgaron lo que pedía.
En el segundo viaje Colón hizo uso de un gobierno bicéfalo, en la carta-relación que escribió en torno al 20 de abril de 1494 a los reyes se lo comunicaba:
“Para el gobierno de aquí e fecho y hordenado un consejo que las personas dél son éstas: Don Diego, mi hermano, fray Buyl, presidentes, Pero Fernández Coronel, alguacil maior, y a Alonso de Carvajal, rregidor de Baeza, Juan de Luxán, criado de Vuestras Altezas, y el bachiller Gallego”. Luján y Carvajal eran continos de los reyes, por eso Colón llamó al primero “criado”
La decisión de los Reyes de enviar sus continos provocó el que Cristóbal Colón demandara el llevar los suyos propios. Una decisión, pues, que era indicio de que Colón utilizaría la gran autonomía capitulada en Santa Fe para convertir las Antillas en su celoso señorío.
Me llama la atención dos hechos de lo dicho hasta ahora:
1º Que Diego Colón fuera nombrado cabeza del consejo en las Indias, se supone que si fuera extranjero, no podría formar parte de puestos que fueran importantes especialmente si tenía a continos de los Reyes a sus ordenes. A Diego Colón le concedieron carta de naturaleza en 1504, es decir, 11 años después de haber sido cabeza del Consejo, según esto cabría preguntarse si esto no sería una prueba más de que los Colón no eran extranjeros en tierras españolas, al menos para los Reyes y las personas de su confianza, de otro modo no se entiende que hayan esperado 11 años, por lo menos, para carta de naturaleza. Por este motivo los defensores del Colón gallego decimos que la carta de naturaleza que le fue otorgada a Diego Colón fue para seguir la vida eclesiástica, siendo Diego Colón gallego para optar al puesto eclesiástico que le daban en Navarra al ser de diferente región necesitaba carta de naturaleza de hecho en la carta pone: “para que podáis haber e hayáis cualesquier dignidades e beneficios eclesiásticos” por esto no es nada descabellado interpretar que Diego Colón no era extranjero.
2º Por otra parte, sería un hecho sorprendente y extraordinario que si Pedro Madruga fuera Colón los Reyes Católicos le concedieran el que pudiera disponer de continos, pues sabiendo de la rebeldía y la desobediencia de Pedro Madruga hacia los Reyes estos no podrían haber sido tan locos de que Pedro Madruga-Colón tuviera su propio ejercito en las Indias, un motivo más para suponer que esta teoría es inviable.
Don Cristóbal Colón quería tener continos, no como para poseer simples criados asalariados que ornaran su corte virreinal, sino como militares que estrictamente bajo su control hicieran mantener la autoridad de su persona.
la primera reacción de los Reyes fue negativa ante tal pretensión de su Almirante. El 4 de agosto de 1493, desde Barcelona, Sus Altezas escribieron a su consejero el Arcediano de Sevilla, don Juan Rodríguez de Fonseca
«Dos letras vuestras recibimos que nos envió Francisco Pinelo… cuanto a los continos que decís que toma el Almirante de las Indias, bien fue lo que le distéis que para este viaje no ha menester tomar continos algunos, pues todos los que allá van por nuestro mandado han de facer lo quél en nuestro nombre les mandare, y facer apartamiento de suyos y ajenos podría traer mucho inconveniente [….]
Unos días más tarde, el 18 de agosto, los Reyes volvieron sobre el particular, y le mandaron a Fonseca que limara asperezas con Colón, los Reyes le mandaban a su Consejero:
«y cuanto a los continos quél quiere iievar, ya sabéis que! otro día vos escribimos que él pueda llevar diez escuderos a pie e otros veinte hombres que sean suyos, y a esos se les pague como a los otros, e entren en el número de la gente que ha de ir… Y pues todos van a su gobernación y han de facer lo quél les mandare, non es más menester…»
Una gran generosidad inhabitual de los Reyes, pues éstos se comprometían a pagar a los continos del Virrey como si fueran propios. El mismo día del mes de agosto, aquéllos firmaron una Real Cédula dirigida a Juan de Soria, que era Secretario del Príncipe y había sido nombrado Contador de la Armada del Segundo Viaje, y que tenía poderes de los Contadores Mayores. En ella los Reyes abordaron el tema de nuevo, pues le habían escrito anteriormente sobre el particular, instruyéndole al Contador:
«Y cuánto a los continos quel dicho Almirante de las Indias dice que quiere llevar, el otro día vos escribimos que de escuderos se le pagasen diez escuderos de a pie, e otras veinte personas de los otros, de manera que lleve treinta personas suyas, y pues toda la gente ha de ir a su ordenación y gobernación, todos harán lo quél les mandare; y pues su partida está tan al cabo, Nos vos mandamos que procuréis cómo vaya con mucho contentamiento, porque así lo queremos e nos place…»
Cuando se habla de escuderos hablamos de hombres de armas, función que debían cumplir tales continos. Según parece Colón quería poner sus escuderos en todos los navíos pero los Reyes sólo le concedieron el poner uno suyo en cada nao de la armada. La función de éstos no era de naturaleza económica sino la de mantener el orden en las naos como representantes del Virrey. El Escudero era la autoridad en cada caso junto al Escribano y al Oficial de los Contadores Mayores que debía ir en cada uno, según mandaron los Reyes.
El recuerdo de los motines del Viaje del Descubrimiento hacía que Colón tomara sus precauciones. Eran estos escuderos continos jóvenes hidalgos reclutados con la ayuda de Juan Rodríguez de Fonseca, cuando los Reyes le dieron la orden de facilitar los deseos de Colón. El salario de los escuderos continos del Virrey alcanzaba los 900 maravedís al mes, por lo menos eso es lo que cobró Pedro de Terreros desde el 27 de agosto de 1493 hasta que volvió del Nuevo Mundo, el 11 de junio de 1496. Fue doña Alice Gould la que descubrió la lista de los continos de Colón en el Segundo Viaje «:
1. Arroyal, Pedro de
2. Barrasa, Francisco
3. Cañizares, Diego de
4. Cerón, Juan
5. Comillas, Luis de
6. Córdoba, Ferrando de
7. Escobar, Diego de
8. Gallego, Pedro
9. Lanuza, Martín de
10. Mayorga, Luis de
11. Meneses, Alvar Pérez de
12. Molina, Juan Pérez de
13. Morales, Bartolomé de
14. Muñoz, Alonso
15. Porras, Francisco de
16. Porras, Gonzalo de
17. Troche, García de
18. Sepúlveda, Lope de
19. Terreros, Pedro de
20. Torres, Cristóbal
21. Vargas, Francisco
22. Venegas, Juan.
LOS CRIADOS DEL VIRREY.
El modelo de los Continos Reales es el que marcará la andadura de los continos del Virrey, quienes pronto se verán confusamente tratados como «criados» de éste. Es por tanto, el contino de Colón, el directo precedente de los criados de los Virreyes indianos posteriores.
Los continos del Virrey juraron su oficio, conociendo y comprometiéndose a cumplir la Ordenanza de Continos, que en imitación a aquélla de los Continos Reales debieron tener, previamente a ser tomados como tales por su señor.
Veamos algunos ejemplos, Pedro de Terreros, quien según Miss Alice Gould fue el único que con Colón participara en los Cuatro Viajes, aparece en la «Relación de Cuentas de Salarios Debidos» en un asiento que se inicia:
«Pedro de Terreros asentaronsele nueve gientos maravedís de sueldo cada mes por Escudero contino del Almirante don Xristoval Colon desde XXVI de agosto de XCIII años hasta XI de junio de XCVI años que boluio de las Yndias a Cáliz…»
«Pedro de Arroyal camarero del Almyrante ovo de aver treynta maravedís de sueldo cada dia que montan al año diez mili e ochocientos maravedís desde el primero de mayo de noventa y ocho años fasta. Rescíbyo mas el dicho Antón Marlno por el dicho Pedro de Arroyal dos mili e giento e sesenta maravedís para su mantenimiento de seys meses a razón de dose maravedís cada dia por el dicho libramiento».
Aunque en la lista de arriba no aparece hay otro contigo del Virrey que aparece nombrado junto a Pedro Terreros:
«testygos que fueron presentes a ver Jurar a todos e a cada vno por sy de los suso dichos segund y en ia manera que de suso se contyene Pedro de Terreros, Maestresala del dicho señor Almirante, e Yñigo Lopes de Quñiga, trinchante, criados del señor Almirante…»
Pedro de Terreros fue Capitán de la carabela Santa María de Guía, la nave capitana donde iba el propio Almirante en el Tercer Viaje. Por ser contino del Virrey, y no por otra razón, éste le delegó el honor de tomar posesión en nombre de los Reyes de Tierra Firme. En el Cuarto Viaje fue Capitán del navío Gallego, y fue Terreros, también, a quien escogió el Almirante para pedir en su nombre al Gobernador frey Nicolás de Ovando permiso para entrar en el puerto de Santo Domingo.
Tanto Pedro Terreros como Diego Méndez pueden ser recordados como los criados por excelencia de Colón, arriesgando su vida y sus bienes, siempre en servicio de su señor.
El propio Méndez, en cambio, nos dejó ilustrado el trato del Almirante a sus Continos, en la relación del Cuarto Viaje que recoge su testamento, con fecha en Valladolid, de 26 de junio de 1536. Cuando el Almirante le pidió que cruzara el mar para conseguir ayuda, Méndez le respondió: «Señor muchas vezes he puesto mi vyda a peligro de muerte por salvar la vuestra y de todos estos que aquí están y Nuestro Señor milagrosamente me a guardado, y la vida, y con todo no an faltado murmuradores que dizen que Vuestra Señoría me acomete a mi todas las cosas de honra avyendo en la compañía otros que las harían tan bien como yo; y por tanto parezeme a mi que Vuestra Señoría los haga llamar a todos y les proponga este negocio para ver si entre todos ellos abra alguno que lo quiera enprender; lo que yo dudo, y quando todos se hechen fuera, yo pondré mi vyda a muerte por vuestro servygio como muchas vezes lo he hecho.» Y así se hizo al día siguiente, siendo los demás de opinión que aquello era imposible «donde muy regias naos ae avyan perdido andando a descubrír…» Entonces Méndez se levantó y dijo: «Señor, una vyda tengo no mas. Yo la quiero abenturar por servicio de Vuestra Señoría y por el byen de todos los que aqui están, porque tengo esperanga en Dyos Nuestro Señor que vista la yntengion con que yo lo hago, me librara como muchas otras vezes lo a hecho.» Y añade Méndez, «Oyda por el Almirante mi de- terminagion, levantóse y abragome y besóme en el carrillo diziendo: «Bien sabía yo que no abya aqui ninguno que osase tomar esta ympresa sino vos. Esperanga tengo en Dios nuestro señor sal- dreys della con vytoría como de las otras que abeys enprendydo».
Precisamente pensando en sus continos, Cristóbal Colón pidió y obtuvo una Real Provisión fechada en Medina del Campo a 30 de mayo de 1497, por la cual se le concedía el delegar en terceras personas el Poder Real de que gozaba en los asuntos de la negociación indiana. La Real Provisión de 30 de mayo de 1497, dada en Medina del Campo, fue interpretada por el propio Cristóbal Colón, al anotar en el vuelto de la provisión: «que no se entienda en negogio de las Yndias syn vna persona del Almirante». Esta medida, concedida por la Corona a Colón, le permitiría a éste último controlar a toda la administración en el Nuevo Mundo, o por lo menos participar en ella con los oficiales que hubiera elegido. ¿Quiénes mejor que los continos para cumplir con tal función y servicio al Virrey?.
El 25 de agosto de 1501 se libró una Real Cédula por la cual los Reyes ordenaban la entrega de quintales de palo de brasil a cinco continos del Virrey, estos eran: Pedro Hernández Coronel, Pedro de Terreros, Cristóbal de Torres, Diego Tristan y Pedro de Salcedo. Ese mismo día se expidió otra Real Cédula en los mismos términos para el también contino de Colón Gonzalo de Valdenebro. Y el mes siguiente, con fechas de 1 y 30 de septiembre, los Reyes firmaron otras sendas a favor de Juan de Molina y de Juan Cerón, igualmente continos del Virrey.
Otro dato sobre los Continos de Colón y que luego pasaron a ser servidores de Diego Colón lo aporta la historia del propio Diego Colón cuando quiso imponer su autoridad virreinal en San Juan Bautista, frente a Juan Ponce de León — a quien don Fernando el Católico había nombrado Gobernador de la Isla estando ésta en litigio — envió a Juan Cerón por su Alcalde Mayor a aquélla. Le acompañaban para aquel menester su hermano Martín Cerón, con cargo de Alguacil Mayor de la Isla, García Troche, contino de Cristóbal Colón, Alonso de Cea, quien había sido grumete en el Cuarto Viaje del Almirante viejo y que había pasado a ser «criado del Almirante Don Cristóbal Colón» Así figura en los protocolos notariales sevillanos.
Juan Cerón era el oficial más importante de San Juan después del gobernador Juan Ponce, a partir de que tomó la vara de justicia empezó a repartir los indios boricuas entre los vecinos y pobladores estantes, incluso a Ponce le quitó los caciques con que cogía el oro de la compañía que tenía con el Rey. Don Fernando por medio de dos Reales Provisiones reforzó los poderes de Ponce nombrándole Capitán Gobernador de San Juan Bautista y a la vez mandaba a quienes tuvieran las varas de la justicia que las entregaran al dicho Juan Ponce. Ello le permitió destituir a Cerón y a Miguel Díaz, después de haber enviado traslado de ellas al Virrey. Por esos días había llegado Cristóbal de Sotomayor, antiguo Secretario Real y letrado, quien —como creía Murga— debió ser el responsable de que Ponce tomara la decisión de prender al contino. El Alcalde Mayor tomó la Provisión, besóla y la puso sobre su cabeza en señal de obediencia, quedando al poco libre. Ponce otorgó la Alcaldía Mayor de la Isla a Cristóbal Sotomayor, quien remitió a Cerón y al Alguacil y aun Teniente de Alcaide presos al Rey con procesos falsos según declarara Diego Colón. El Rey había conseguido socavar la autoridad del Virrey en la Isla de San Juan, al remover a su contino, y colocar en su lugar al bachiller Sotomayor cuya única misión en el Nuevo Mundo era la de informar conforme a derecho a Ponce y mantener a la antigua Boriquén bajo control del Rey don Fernando.
Cuando en 1511 Cerón fue restablecido en San Juan, García Troche era Contador, oficio que ocupó más de tres años durante los difíciles días de la sublevación indígena de la isla. El Rey le premió con un regimiento. Por entonces Cerón, Díaz de Aux, los oficiales reales y Ponce habían acordado el cooperar y olvidar los tiempos pasados para el bien de la Isla. El alzamiento de los indios, con la muerte de Sotomayor, probó cuan im- portante era el permanecer unidos. Las noticias de la tragedia llevaron a don Fernando a demandar tal actitud de sus oficiales, a partir del 21 de julio de 1511 en que ordenó a Ponce que entregara las varas de la justicia a Cerón y a Díaz de Aux y que regresara a España, con el fin de evitar una guerra civil entre los españoles.
Con este post quiero poner de manifiesto la importancia que tuvieron los continos de Cristóbal Colón en la historia de las indias, por otra parte poner de manifiesto la confianza de los Reyes en Colón al otorgarle el poder de tener sus propios continos no cabe duda, o al menos esa es mi impresión, de que los Reyes a lo largo de los 7 u 8 años que tuvieron a Colón de un lado para otro, retrasando su proyecto debieron ser años de una relación extensa y profunda de otra forma no se entiende que le pudieran otorgar tantos favores y títulos, la empresa de las Indias por ser un negocio, que en un principio no se sabía si iba a ser rentable, no podía condicionar las mercedes concedidas.
Por otra parte constatar que algunos de sus continos o criados debieron ser gallegos: Pedro de Salcedo, Alonso de Cea, Diego Méndez son apellidos gallegos, aunque Méndez también es portugués, y los dos primeros son toponímicos gallegos.
Otro factor que causa sorpresa es que si Colón fuera genovés no tuviera entre las personas de su confianza a ningún genovés ni italiano.
Referencias utilizadas de:
István Szászdi, Luís Arranz, Consuelo Varela, Alice Goudl, Romeu de Armas, Manzano
Hay partes con texto literal del trabajo de: István Szászdi «Los Continos de Cristóbal Colón»