Celso García de la Riega

Biografía, Obras, Pinturas, Teorías y Artículos

Archivar para el mes “junio, 2017”

Cristóbal Colón En Portugal: I

Si hay algo en contra de la teoría genovesa, sobre el origen de Colón, es la estancia portuguesa de Colón. Cuando a la teoría genovesa ano le conviene algo lo que hacen los historiadores, en general, es anular o dudar de esos datos aunque hayan sido escritos por el mismo Cristóbal Colón.
Hay muchos datos en la vida de Cristóbal Colón que no concuerdan con el personaje genovés Cristoforo Colombo y que la convierten en una teoría inviable, ejemplos los encontramos en la edad, en las ubicaciones diferentes en una misma fecha, en la profesionalidad marinera y en su formación, en su falta de conocimiento del italiano o dialecto ligur, en su falta de preocupación y ocupación de su supuesta familia italiana, en la documentación falsa que hay sobre el Cristoforo Colombo o sobre el Cristóbal Colón genovés…etc.
He puesto en este post una parte de un libro cuyo autor es Antonio Fernández Fernández, Ingeniero Industrial que en el año 1958 edito unos libros de 40 páginas, más o menos, apoyando la teoría del origen gallego de Cristóbal Colón, no tiene ningún desperdicio tanto desde el punto de visto investigador como de razonamiento de la documentación, creo que es un gran aporte sobre la estancia de Cristóbal Colón en Portugal.
El capitulo se llama “Viaje de Colón a Thule” y comienza con la referencia de Hernando Colón en la biografía de su Padre “ Historia del Almirante D. Cristóbal Colón”, transcribiendo la parte del viaje a Thule, Islandia, realizada por su padre
F. Colón, Cap. IV. Pág. 37.
«Asimismo, en una memoria o acotación que hizo para demostrar que las cinco zonas son habitables, probándolo con la experiencia de las navegaciones, dice:
Yo navegue el año 1477, en el mes de Febrero, ultra Thile, cien leguas, cuya parte austral dista de la Equinocial setenta y tres grados, y no sesenta y tres, como algunos dicen; y no está dentro de la línea que incluye el Occidente, como dice Ptolomeo, sinó mucho más occidental, y a esta isla, que es tan grande como Inglaterra, van los ingleses con mercaderías, especialmente los de Bristol. Y al tiempo que yo a ella fui, no estaba congelado el mar, aunque había grandísimas mareas, tanto que en algunas partes, dos veces al dia, subía veinticinco brazas, y descendía otras tantas en altura».
D. Fernando añade:
Verdad es que Thulé, de quien Ptolomeo hace mención, está en el sitio donde él dice, y hoy se llama Islandia.
OPINIONES DE ESCRITORES
Se discutió mucho tiempo la veracidad de este viaje de Colón, según lo explica D. Fernando.
Ballesteros Beretta, T. IV, Pag. 294.
La objeción mas fuerte contra las afirmaciones de Colón es la alegada imposibilidad de navegar cien leguas mas allá de Thulé. Ruge, de manera implacable, rechaza el aserto de Colón con esta sentencia: «Esto derrama luz característica acerca de los conocimientos de Colón, y sobre el crédito que debemos prestar a. sus declaraciones». Th. Thoroddsen califica el relato como inexacto e inconcebible. Humboldt, siempre benévolo con Colón, reputa el viaje poco probable.
Los argumentos de Ruge se basan en la consideración de tratarse de un viaje polar a cien millas al Norte de Islandia, emprendido en pleno invierno.
Tacher comenta que Colón ha querido decir que estuvo en una isla situada a cien leguas más allá de Islandia. Esta ULTIMA THUlE, mientras que Islandia debiera ser Ptolomeo.
Otra observación formulada por Vignaud es la referente a las grandes mareas de Islandia, que subían algunas veces, según Colón, a veinticinco brazas, cosa imposible aún suponiendo que deba leerse en vez de brazas pies, como propone Nichols.
Idem. Pag. 296
Colón en su fragmento, cita el dato ptolomeico pero sólo en contraposición con los nuevos datos que él proporciona de la tierra a la cual llama Thulé. cuya parte austral estaría a los 73º de latitud y que en cuanto a la longitud, seria mas occidental que la línea trazada por Ptolomeo. en la cual incluye su hemisferio occidental.
Colón, pues, habla de dos islas bien diversas.
Idem. Pág. 297.
Hernando Colón recuerda que una de las tantas objeciones alegadas contra su padre consistía en que cualquiera que saliese del hemisferio conocido de Ptolomeo caería en el vacío.
En el Diario de a bordo del tercer viaje recuerda Colón a los Reyes «Muy poco ha que no se sabía otra tierra mas de las que Ptolomeo escribió».
La navegación de cien leguas ULTRA THULE no tiene sentido tomada a la letra y tal como ha llegado a nosotros Colón no era entonces un explorador, sino un comerciante, que, en una embarcación inglesa o genovesa, recorría un itinerario preestablecido. Las cien leguas que nos conducirían a la isla de Juan Mayen o a. Groenlandia no deben interpretarse así, porque nos llevan al absurdo. Puede Colón ir a Galway y hasta a Islandia con un fin mercantil, para, transportar productos ingleses o italianos, pero, repetimos, el viaje de curiosidad científica debemos excluirlo de las posibilidades hipotéticas. En consecuencia el pasaje ha sido alterado y esta es la causa de su incomprensión.
Idem. Pág. 299.
De lo expuesto concluye Caddeo que el viaje colombino a Thulé es auténtico y verídico y que todas las confusiones dimanan de una mala lectura del texto primitivo de Colón.
se ha comentado mucho la información de Colón referente a encontrarse en febrero el mar sin hielos. Sin embargo la exactitud se ha demostrado con antiguos documentos.
Idem. Pág. 293.
Los hipercríticos como Ruge y Vígnaud niegan la existencia de este viaje a Thule, o sea, a Islandia, por las que llaman falsas apreciación de Colón.
De lo anteriormente transcrito, se aprecia la cantidad de falsas e ilógicas suposiciones a que llegan aferrandose a la tesis genovista, a ultranza, que incluso les lleva a pretender anular los fenómenos naturales al no querer buscar las lógicas explicaciones de los mismos; nosotros vamos a estudiar objetivamente la:
POSIBILIDAD DE ESTE VIAJE
Don Fernando Colón nos explica como su padre quiso comprobar, personalmente, si no había más zonas habitadas que las señaladas por Ptolomeo, lo que demuestra las inquietudes investigadoras de un hombre excepcional. que no podía conformarse con las teorías establecidas, aun cuando gozasen
de la autoridad de todo un Ptolomeo y que, en cambio trata de comprobar sus hipótesis, siguiendo de paso el consejo de Toscanelli.
Por aquellos tiempos, la más fácil comprobación, a lo largo de las costas conocidas, habría de hacerse al Norte y al Sur.
Colón decide hacer un viaje al Norte, el que describe Fernando tomándolo de las memorias de su padre. Comprueba que la isla más septentrional del mapa de Ptolomeo está a los 63º de la equinoccial y que, en lugar de precipitarse en el vacío, al navegar más allá de tal latitud. encuentra una isla, mayor que Inglaterra, cuya parte austral está a los 73º. Esto le demuestra el primer fallo, la primera equivocación, de la teoría ptolomeica
Es comprensible la satisfacción de Colón al poder demostrar lo erróneo de la teoría de Ptolomeo, sostenida durante tantos siglos. Es el mínimo de vanidad que se le puede conceder a un hombre, quien, derrumba una tan secular, cuan falsa teoría.
Ruge, dice que no debe darse crédito a las memorias del Almirante y se basa en que un viaje de cien leguas marinas. al Norte de Islandia y en pleno invierno, debe considerarse poco menos que imposible. Pero, lo que no sabia Ruge es que la isotérmica que pasa por el Norte de Islandia, sobre los 65º equinocciales. sube después hacia el Polo siguiendo casi el mismo meridiano, hasta más de los 75º equinocciales, ciñendo las costas de Groenlandia. Tal fenómeno se debe a la corriente del Gulf Stream que aquel año, no pudieron contrarrestar los vientos del Norte, como está demostrado sucedió, por aquellas fechas, en Islandia.
La suerte de Colón fue que en el invierno de 1477, y por la aludida razón, no se hubiesen congelado los mares del Norte, como de costumbre. SI TAL ESTA DEMOSTRADO QUE NO SUCEDIO EN ISLANDIA, TAMPOCO PUEDE SUCEDER EN LAS ZONAS DE SU MISMA ISOTÉRMICA.
Se afirma también que es falsa la observación de la diferencia de altura en las mareas. Efectivamente, resulta imposible concebir una marea de unas veinticinco brazas de diferencia. Pero aún los más benévolos, los que trataron de encontrar explicación a lo que parece otra hiperbólica afirmación coloniana, no se percataron de que puede existir un error, fácil de desvirtuar, ya que. D. Fernando, o sus traductores, pudieron tomar de la vieja caligrafía y aún ortografía, de los escritas de Colón, o de su hijo, lo que ellas quisieron interpretar por un término netamente marinero; quizá tomado, repetimos, sin percatarse que, Colón, relata para las gentes de tierra y utiliza justamente las medidas geográficas al uso, no tan solo en aquellos tiempos, sino incluso muy avanzado el siglo XIX, ya que, sin ir más lejos, el extraordinario mapa de Galicia (España) de D. Domingo Gerónimo Fontán, terminado a mediados siglo XIX, continúa expresando las alturas en varas. Es decir, que los que escribieron o tradujeron, por «brazas”, quienes nos transmiten los escritos o los memoriales del Almirante. debieron haber dicho “varas”.
Las distintas varas, medida de longitud, conocidas en España iban desde los setenta, a los ochenta y cinco centimetros, del metro actual. O sea una marea comprendida entre los 18 y 20 metros.
Si tenemos en cuenta que, en la bahía de Fundy (Canadá), que sensiblemente se encuentra en la misma latitud que Islandia, y en la que se dan parecidos caracteres geográficos que los de aquella, alcanzan las mareas equinocciales una diferencia de 19,6 metros; si en otros lugares del planeta han podido registrarse en determinadas circunstancias, mareas superiores a los veinte metros de diferencia de nivel; y si tenemos en cuenta también lo excepcional de aquel año, en el que, al no congelarse el mar, tuvo que existir una diferencia barométrica, también anormal y anormales tuvieron que ser los vientos reinantes, que, como se sabe, tan directamente influyen en el nivel de las mareas; si consideramos que hallándose en febrero en viaje, es más que probable que, en Marzo-Abril, se hallase por aquellas latitudes, es decir: PRECISAMENTE DURANTE EL EQUINOCCIO, nada de hiperbólico tiene el que la agudeza de Colón registrase esa enorme diferencia de las mareas acostumbrado, como estaba, a los cuatro o cinco metros de diferencia máxima en las costas gallegas y portuguesas y, todo lo más, a los catorce metros de algunos puntos de 1a costa bretona, Bahía del Monte Saint-Michel.
Considérese que un piloto que hubiera navegado habitualmente en el Mediterráneo, donde las mareas tienen sólo diferencia de centímetros, no habría de limitarse a registrar sencillamente el fenómeno, sino que, de tener esa tendencia a la hipérbole que los genovistas se empreñan en achacar a Colón, habría de expresarse en más asombrados términos.
Resumiendo, D. Fernando, o quien actualizó sus escritos, entendieron el término geográfico, la medida de altura; “varas”, por el término marinero, usado para medir profundidades; “brazas”. Quizá lo creyeron más técnico. Se da el caso de que Humboldt, cuando trata de la inflexión de las lineas isotermas dice: “Conviene advertir que cuando D. Fernando, no cita las mismas palabras de los diarios de su padre, los absurdos que se notan en la explicación de los fenómenos físicos pueden nacer de los escasos conocimientos náuticos y astronómicos del hijo”.
Se dice que la navegación, cien leguas ultra Thule, no tiene sentido, tal y como está escrito, porque Colón no era explorador, sino comerciante en nave inglesa o genovesa con itinerario preestablecido y que, el ir cien leguas al Norte, (que lo llevaría a Groenlandia) es absurdo, ya que, Colón va a Islandia con fin mercantil, debiendo desecharse la curiosidad científica. Es una jocosa consecuencia de la tesis genovista. Por el contrario, nosotros no tenemos noticia, debidamente avalada con dato concreto, ni de que Colón fuese comerciante, ni que navegase, precisamente, en naves inglesas o genovesas.
Que el escrito, desde el punto de vista de los genovistas, sea difícil de interpretar correctamente, pudiera ser; pero que Colón fue comerciante y navegó en barcos ingleses, es una suposición completamente gratuita, como lo es también que navegue cien leguas más al Norte durante un Viaje con finalidad mercantil y no científica.
Creo que lo que les he puesto esta muy bien argumentado y razonado, desde luego lo que es dudoso es que Colón no realizara el viaje a Islandia como alegan los genoveses y algunos historiadores.

 

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