Casto Sampedro y su Anti Colón Gallego V
Febrero de 1912
Amigo D. Celso:
Ahí va el número de la «Correspondencia gallega» en el que no llegó usted a fijarse, según me dice. La especie de que usted es el único que posee documentos relativos a Colón, la he oido muchas veces a personas afectas a usted; y, además, se publicó más de una vez en los periódicos locales.
Ahí va también la copia del documento relativo a la prisión libertad provisional de un Juan de Colón, que pudiera ser el del foro de Andurique; Utilícelo como quiera y luego sírvase devolvérmelo.
Anteayer le entregué a Celso las cuartillas del prólogo que tuvo usted la bondad de mandarme, y ello me anima hablarle con franqueza, en vista de que los intermediarios y los amigos no suelen expresarse con la debida exactitud.
Recuerdo perfectamente haberme fijado y parado la atención en la noticia del primer documento de Colón, inmediatamente que se publicó el libro de su tío D. Luis, pues vengo leyendo con singular interés y anotando desde hace muchos años, cuánto importa o puede importar a las cosas de la tierra.
También recuerdo, que al registrar los archivos de Hacienda, Notarial, Judicial, Municipal. Etc. He hallado varios apellidos de Colón, Como el del maestro Colón Y Maestro Xpoval, que supongo será el mismo, Es de Juan de Colón, El preso, Es el de Alonso de Colón, maestre de navío; El de Domingo de Colón y Benjamín Fonterosa, es de Colón de Portugal y el de Vargas de Colón, estos dos últimos del siglo XVII.
Recuerdo sí mismo haberle indicado a usted el hecho de estos hallazgos, uniéndolos al de D. Luis aunque no dándole, por el momento más que un valor relativo para los efectos de los verdaderos orígenes del gran navegante.
Recuerdo también, la existencia en Tuy de un condiscípulo mío llamado Fonterosa, indicándole a usted que don Sabino Besada, como hijo de Tuy y personas de edad, podría darle a usted noticias de dicho apellido, Y en efecto, lo interrumpo usted en el camino, según me dijo al día siguiente.
Cuando Usted publicó la conferencia leída en la Sociedad Geográfica de Madrid, me enteré con algún disgusto que los antecedentes de su notable labor no estaban expuestos con la que yo creía y sigo creyendo total exactitud; a pesar de que en una carta que conservo me hacía usted entender otra cosa. Acaso en ello habrá tenido única parte ya la confusión y fácil olvido de recuerdos e imprecisiones.
Sin embargo, No di a esto mayor importancia, como usted habría observado en nuestras diarias conversaciones en esta y en otras materias análogas, y sobre todo porque seguir facilitando a usted como facilito a todo el mundo, cuánto me caí a la mano Y pueda ser útil a los que cultivan el estudio de estar cosas.
También he notado, que coincidiendo con la repetición de la especie de que era usted el único poseedor de documentos colonianos, cuando recibía usted visitas de personas que a la vez que a saludarle, venían a enterarse de los documentos originales en que usted se fundaba, y a obtener fotografías de los mismos, nunca vino persona alguna a enterarse y a fotografiar los que esta sociedad posee y que tengo yo como principales, fuera de alguno que le pertenece a usted, Y esto lo extrañaba yo, tanto más, cuanto que encamine hacia usted a quienes no se proponían verle, Y algunos les acompañe yo mismo.
Además de estos resquemores, tenía yo la queja (por más que le haya tenido en silencio hasta ahora) de que ciertos documentos que usted utilizó en su trabajo, proceden al parecer de Joaquín Núñez, quien me los había a mi ofrecido convocación de estar yo dedicado a revisar los muchos protocolos hallados en la casa en que falleció el viejo notario don Vicente Vázquez, de cuyos documentos; a reclamarlos yo, por su tardanza de facilitarme los, me dijo que se lo sabía usted pedido y que al contestarle a ustedes quedan para mí, le dijo usted que era lo mismo que usted me los entregaría. Ya estás la hora en que no me habló usted una palabra respecto a los que tuviese, a su procedencia, a su contenido ni a su entrega más o menos tardía. Y aún recuerdo que la noticia de tales documentos se la di yo a usted en mi despacho. Desde luego no estimé en ello otra cosa que el afán de usted en contribuir al estudio a que yo me vengo también dedicando, y a la pereza y al olvido de usted en entregarme dichos documentos después de utilizados.
En obtener partido de los documentos citados formulando deducciones y afirmaciones interesantes, si, que yo no he tenido parte alguna, todo lo hizo usted y así lo vengo predicando y repitiendo a todos los que me hablan de la cuestión
[….]
Dígame usted pues, amigo D. Celso, si desde el principio hasta el fin, no he obrado con prudencia y hasta con resignación; verdad haces, que ya no pude sufrir lo de ser usted el único que tiene documentos, Y venirme los a pedir. Tal prudencia y silencio en mi evitaron cuestiones y polémicas desagradables, y que tanto gusto dan a las galerías, sin que los puntos a discutir cobren más verdad y solidez.
En resumen, creo que esta sociedad (a la cual más bien que a mi pudiera usted referirse) tiene más parte en el hallazgo de antecedentes relacionados con el origen de Colón, y en la indicación de un valor relativo, de la que usted se ha servido asignarle en la conferencia de Madrid y en el prólogo, cuyas primeras cuartillas tuvo la bondad de enviarme, y dicha parte se concreta en que yo fui quien primeramente entero a usted del hallazgo de varios documentos con el apellido Colón, relacionándolos con el publicado por don Luis; y aunque sin mayor alcance por entonces para los orígenes de Colón, se señalaba ya con interés suficiente para estar a armar el brazo y tener cuenta de todo lo que fuese apareciendo de nuevo.
Por mi estado de salud un tanto atropellado, que sólo me permite bajar al despacho de 11 a 1, así como otras ocupaciones, no pude contestar a ustedes antes, ruégole no lo tome A desconsideración.
Siempre un devoto y admirador hasta que vaya una tarde a verla a verle y charlemos un rato.
Aclaración:
El señor Sampedro dice hablando de los documentos: “nunca vino persona alguna a enterarse y a fotografiar los que esta sociedad posee y que tengo yo como principales, fuera de alguno que le pertenece a usted” este fuera de alguno que le pertenece a usted se refiera al de Cirstobo de Colón que era de D. Celso y que se quedó Sampedro con él junto con el de María Fonterosa que también era de D. Celso.
En cuanto a lo de Joaquín Núñez, si habría que echarle algo en cara sería al propio Joaquín Núñez no a D. Celso
Comentario:
En esta carta se deducen muchas cosas:
1º Casto Sampedro y De la Riega eran amigos, al menos hasta 1912.
2º Tenían amigos que se dedicaban a enredar a los dos
3º Siendo amigos, no se entiende la actitud de Casto Sampedro a partir de la muerte de D. Celso, 1914.
4º Muy importante, Casto Sampedro dice que descubrió el documento de Domingo de Colón y Benjamín Fonterosa, este documento fue declarado por su amigo Oviedo Arce y por la Real Academia de la Historia como manipulado, raspado, y falsificado en los nombres, la pregunta es ¿ Cuándo fue raspado y falsificado? Desde luego hasta 1912 estaba correcto e impoluto según Casto Sampedro y además lo descubrió él, ¿Cómo pudo admitir que Oviedo dijera en el informe que era falso?
5º Siempre se creyó que los dos documentos mencionados por D. Casto: Maestro Colón y Xpobal, fueron descubierto después de muerto García de la Riega y que Casto Sampedro se los entregó a Prudencio Otero como nuevos, según la carta no fue así, pero lo más intrigante entonces es porque D. Celso no los mencionó en el libro de Colón español.
6º Importante, fíjense en esto:
Casto Sampedro en la carta dice:
“Además de estos resquemores, tenía yo la queja (por más que le haya tenido en silencio hasta ahora) de que ciertos documentos que usted utilizó en su trabajo, proceden al parecer de Joaquín Núñez, quien me los había a mi ofrecido convocación de estar yo dedicado a revisar los muchos protocolos hallados en la casa en que falleció el viejo notario don Vicente Vázquez, de cuyos documentos; a reclamarlos yo, por su tardanza de facilitarme los, me dijo que se lo sabía usted pedido Y que al contestarle a ustedes quedan para mí, le dijo usted que era lo mismo que usted me los entregaría”
En un artículo en el progreso de 1917, https://celsogarciadelariega.wordpress.com/2013/02/22/la-patria-de-colon-v/#more-541, Casto Sampedro dice:
“2º No es exacto que el señor García de la Riega haya encontrado la materia de sus investigaciones documentales en un Minutario que yo lo hubiese facilitado; era un Libro del Concejo en el que creo poder asegurar, no figuraban las alteraciones que más tarde apreciaron en su texto, llamándome entre todas la atención una mancha caída precisamente sobre lo más importante del libro, para el caso, se refiere al documento de Domingo de Colón y Benjamín Fonterosa, y que hasta ahora no he podido explicar por más que lo intente. De los documentos del señor Núñez nada supe, aunque debería saberlo, hasta hace pocos meses”.
Es decir, hasta 1912 no había ninguna alteración en dicho documento y además D. Casto lo da por descubierto por él y por auténtico, ¿ A qué jugo D. Casto? ¿ Por qué se implicó tanto en desprestigiar a D. Celso, su amigo?
7º En esta carta se comprueba que D. Casto se sentía despechado y ninguneado por D. Celso, ¿Podría haber sido esta la causa de su comportamiento con Oviedo y los informes? Parece que D. Casto concedía más importancia a la indicación inicial que al desarrollo de la teoría y habría que comprobar a quien creer ya que D. Celso si le dio su importancia a Casto Sampedro y a la Sociedad Arqueológica de Pontevedra, tanto en la Conferencia como en el libro Colón español como en algún artículo publicado por D. Celso sobre el origen de Colón.
Donde se contradice Casto Sampedro, con respecto a Joaquín Núñez, en la carta o en el artículo del Progreso, probablemente en el artículo haya mentido para darle más fuerza a su argumentación frente a Gerardo Álvarez Limeses.
Después de esta carta hay más luz sobre el comportamiento de Casto Sampedro.
Creo que con esta carta doy por terminada esta serie sobre Casto Sampedro y su Anti Colón Gallego, aunque tengo alguna más es más de lo mismo